virus ZikaPadecer virus Zika en Venezuela es abominable; la falta de control epidemiológico sumado al desabastecimiento de medicamentos para combatirlo, hace de esta situación un caos.

El virus Zika ha encendido las alarmas de una emergencia internacional, pues sigue haciendo de las suyas en todos los rincones de Latinoamérica, pero en Venezuela la situación se torna compleja debido a la escasez de medicamentos para combatir los efectos de esta enfermedad.

Quienes padecen de este virus se quejan de los estragos de esta problemática de salud y del padecimiento de no poder conseguir los remedios para paliar un poco los dolores.

Eduardo Guillén, es una de las tantas personas que padecen el virus Zika en Maracaibo, pero no forma parte de las estadísticas, pues no había reactivos en el hospital público al que acudió cuando comenzó a presentar la sintomatología.

Una de las carencias que rodean a Eduardo, es la escasez de medicamentos, sobre todo aquellos que son utilizados para abatir los efectos del virus Zika. Asegura que en seis días de enfermedad, no ha podido encontrar el tan anhelado acetaminofén en ninguna farmacia y, que sólo tomó algunas pastillas que le facilitó una vecina.

“Vas a la farmacia y no hay nada ¿Cómo se mejora uno así? El sólo hecho de que te atiendan en un hospital es enfermarse más porque te toca esperar con personas con otros virus”, manifestó con molestia Eduardo.

Agarrándose de las sabanas de su cama se puso de pie para quejarse de los dolores que le ha causado la enfermedad.

“No aguanto las manos, el dolor en las piernas es insoportable no me puedo ni parar, me pica mucho la piel…, mi esposa me ayuda para ir al baño, en los últimos dos días he ido mucho y no hay agua ni para limpiar ni para tomar, siento que me estoy deshidratando y poniendo peor”, exclamó Eduardo con una debilidad indómita.

Eduardo, al igual que muchos en la misma situación, espera que el malestar acabe pronto y que el dolor abandone su cuerpo para retomar la calle en búsqueda trabajos eventuales de lo único que sabe hacer, plomería, para poder mantener a su familia.