Violencia en Venezuela ciudadanos enrejados La violencia en Venezuela no importa a las autoridades, quienes se oponen al enrejado de urbanismos.

La violencia en Venezuela obliga a habitantes de urbanismos en Maracay a enrejarse como única medida de autoprotección factible ante la falta de políticas efectivas por parte de los organismos de seguridad. Aún así, considerándose desprotegidos y en franca violación del derecho a la vida, no reciben el aval de la alcaldía Bolivariana de Girardot ni de la gobernación de Aragua porque no permiten el cierre de vías. El derecho constitucional al, libre tránsito pareciera estar por encima del derecho a la vida.

Urbanismos como la Fundación Mendoza y Los Samanes, al sur de Maracay, libraron una batalla para lograr el cierre de las calles individuales de esos sectores, pues desde la alcaldía prohibieron el cercado de las vías de acceso principales a los urbanismos, tal y como querían sus moradores, de manera que las urbanizaciones quedaran completamente privadas.

Habitantes de La Esmeralda, también al sur de Maracay, luchan contra la violencia en Venezuela que parece haber encontrado el lugar perfecto para mantener bajo constante zozobra a sus residentes. Los homicidios de una funcionaria de la Policía de Aragua que vivía en la localidad, así como de un coronel del Ejército, rebasaron la paciencia de quienes habitan desde hace 38 años en el sector. Ambas víctimas resultaron muertas a tiros en diferentes hechos en los que el robo fue el móvil.

Habitantes de La Esmeralda

Mildred Rojas, habitante de La Esmeralda, aseguró que en los últimos 20 días, delincuentes portando armas de fuego han sometido a los residentes del lugar y se han llevado cinco vehículos.

Los robos a transeúntes también están a la orden del día por lo que un hecho cotidiano como salir de las casas hasta la parada para tomar el transporte público, se volvió casi una misión imposible ante la inseguridad.

Los hurtos en residencias también incrementaron y la única respuesta que obtienen por parte de PoliAragua, PoliGirardot y Policía Nacional Bolivariana es la misma: no tienen suficientes unidades ni personal para asegurar el patrullaje las 24 horas del día.

“Alcaldía no lava ni presta la batea”

Desde hace un año comenzó el cierre de La Esmeralda. Los habitantes colocaron barricadas como pipotes para impedir acceso al urbanismo.

“Desde la alcaldía nos quitaron las barricadas porque dicen que estamos violando el libre tránsito, vino la policía municipal y los quitó. Pero estamos desprotegidos, no nos garantizan el sagrado derecho constitucional que es el derecho a la vida, no nos garantizan la seguridad pero tampoco nos dejan que tomemos medidas para protegernos de la delincuencia. La alcaldía ni lava ni presta la batea”, dijo Mildred Rojas.

La afectada contó que hace un año y dos meses tuvieron un derecho de palabra ante la cámara municipal para exigir el enrejado que corre por cuenta de los habitantes de La Esmeralda. Debía delimitarse los linderos del urbanismo pues no conforme con enfrentar la violencia en Venezuela, también deben hacer frente a inundaciones en temporada de lluvias producto de los estragos ocasionados por el incremento en los niveles del Lago de Valencia.

Esto originó a que comunidades aledañas tumbaran paredes perimetrales del urbanismo La Esmeralda para que las aguas de lluvia pudieran correr libremente, ahora son víctimas de la inseguridad y de las pocas condiciones ambientales.

“Esperamos que la Cámara Municipal diera respuesta al derecho de palabra para recuperar los linderos por el alto índice de seguridad. Eso fue el año pasado. Se nos  prometió que se reunirían y sacarían resolución, luego nos llamarían para darnos respuesta, pero nada de eso pasó. Mientras tanto continúan los robos, nos tienen de sopita y pare de contar los robos en casas, a peatones, hay que salir en taxi, el transporte público no quiere meterse hasta aquí por la inseguridad, esto es horroroso”, dijo indignada la ciudadana.

Rejas y pipotes de la discordia con autoridades municipales

Los vecinos de La Esmeralda concretaron el cierre de cada una de las calles del sector mediante la instalación de pipotes provisionales mientras gestionan la instalación de enrejado. La medida provisoria trajo consecuencias. Autoridades de la alcaldía de Girardot, específicamente desde Planeamiento Urbano, les dieron un plazo de cuatro días para desbloquear las calles cerradas. El documento de notificación no fue firmado por los representantes del Consejo Comunal.

La situación obligó a una asamblea de vecinos. Todos aseguran que tras el cierre provisional que ha sido costeado por los afectados, disminuyeron notablemente los hechos delictivos, pero ahora se encuentran desamparados.

Están dispuestos a permanecer en vigilia, pues sostienen que si de la alcaldía de Girardot llegan a tumbar los pipotes y los futuros portones, se encadenarán al enrejado, porque no lo van a permitir.

Describieron la zozobra en la que habitan nada más al escuchar el sonido de una moto circulando por el urbanismo y más aún si en ese instante están en la calle porque se dirigen a sus residencias.

Alcaldía no es diligente para solventar necesidades de la población

No solamente la violencia en Venezuela es el tema que genera angustia entre los habitantes de La Esmeralda. También lo es la falta de diligencia de las autoridades de la alcaldía de Girardot para dar respuesta a las necesidades de la población.

Richard Ruiz, del consejo comunal La Esmeralda, detalló que aún mostrando jurisprudencia del Tribunal Supremo de Justicia que garantiza el derecho a la vida sobre el libre tránsito de los ciudadanos, la orden de tumbar los cercados provisionales se mantiene.

Enrejado en Los Samanes

Explicó que hace un año y dos meses tuvieron un derecho de palabra en la Cámara Municipal de Girardot donde explicaron la situación que atraviesan productio de la violencia en Venezuela. Finalmente lograron el consenso de concejales opositores y oficialistas.

“La alcaldía ofreció llamarnos para da a conocer el resultado en Gaceta, pero un año y dos meses después no hay respuesta, mientras tanto nosotros somos los afectados por tantos robos y hurtos”, dijo el representante del consejo comunal.

Ruiz admiró lo diligente del personal de Planeamiento Urbano para ordenar la reapertura de las calles cerradas, sin embargo, llevan años exigiendo atención comunitaria para el sector afectado también por el incremento en el nivel de las aguas del Lago de Valencia. Tampoco hay respuesta.

“Hemos pedido mantenimiento de alcantarillas, con el primer palo de agua tendremos una desgracia porque tenemos las manzanas Y, U y la T en zona de riesgo. Oficialmente fuimos declarados en zona de riesgo por Protección Civil, el único cachimbo del urbanismo está tapado por suciedad, he ido a la alcaldía pero para eso no hay tiempo”, condenó Ruiz.

El vocero manifestó que la comunidad está conformada por muchos adultos mayores que sufren las penurias de falta de políticas serias dirigidas al bienestar social, mientras que muchos políticos incluidos el fallecido Carlos Escarrá, el ex gobernador de Aragua, Rafael Isea; el alcalde Pedro Bastidas y el primer mandatario regional, Tareck El Aissami; han llegado a la zona a hacer proselitismo en base al Lago de Valencia, pero la realidad es que la población está cada vez más desasistida.