Imágenes de las colas en Venezuela por la escasez de alimentos Los denominados bachaqueros son los dueños absolutos de las colas en Venezuela pues ellos deciden quién entra y quién no a comprar comida.

Desde el año 2012 cuando comenzó a profundizarse el desabastecimiento en el país, las colas en las adyacencias de supermercados y establecimientos de expendio de alimentos o productos de primera necesidad comenzaron a verse y desde ese entonces, detienen a miles de protagonistas con infinidades de historias, pero la más concurrida de estas es el gran secreto a voces sobre el poder que ejercen los denominados bachaqueros en las mismas.

Un día normal de quienes hacen las rutinarias colas en Venezuela varía entre el miedo y las amenazas, pues, además de correr el riesgo de ser víctimas del hampa en las adyacencias de los establecimientos comerciales, están al mismo tiempo bajo la sigilosa mirada de quienes han tomado el control absoluto y han hecho de las colas en Venezuela un negocio redondo.

Modus operandi de un bachaquero

Las colas en Venezuela para la comprar alimentos regulados deben extenderse a más de 100 metros de los establecimientos comerciales, muchas de ellas se ubican incluso hasta una o dos calles de distancia: aquí actúan los bachaqueros.

Se adueñan de los primeros puestos a pesar que estos ya estén ocupados, algunos usuarios aseguran que hasta armas de fuego pueden portar estos para amedrentar ‘diplomáticamente’ a quien se oponga a su voluntad al exigir el respeto a sus derechos.

Imágenes de las colas en Venezuela por la escasez de alimentos

El segundo paso consiste en vender los primeros 30 puestos, los primeros 15 tienen un costo de 2 mil bolívares, mientras que los otros 15 restantes mil bolívares; el popularmente conocido “pago de peaje”; seguidamente viene el reordenamiento de la cola, dirigida por los mismos bachaqueros, en esta etapa es cuando algún trabajador del establecimiento comercial o efectivo de seguridad pide la cédula laminada para permitir el acceso, pero antes de la solicitud del documento, los bachaqueros entregan la cédula de “Los Protegidos”, término que utilizan para definir a aquellas personas que pagaron por un puesto pero que en el momento no están presentes hasta que se concrete el acuerdo.

“Un bachaquero con la venta de puestos puede hacer hasta 50 mil bolívares diarios…, aquí hacen las mil y unas marramucias, los mismos trabajadores son los compinches de los bachaqueros”

“A ellos (bachaqueros) no se les puede decir nada porque te caen entre todos, hace como un mes dos golpearon a una chama que no se la dejó montar y le querían quitar el puesto…, de todo tiene uno que pasar para poder comer”, afirma uno de los que hacen las largas colas en Venezuela.

Por lo general la recolecta es de 40 cédulas por tanda, ya que se realizan varías, y el tiempo de duración entre una y otra dependerá del funcionamiento de los puntos de venta, lapso que dura aproximadamente una hora y media para que “Los Protegidos” puedan llegar al establecimiento.

Imágenes de las colas en Venezuela por la escasez de alimentosLuego de transcurrido el tiempo correspondiente, mientras unos permanecen en la cola, “Los Protegidos” ingresan al establecimiento comercial, también lo hacen los rezagados que, en algunos casos, pasan con el trabajador que regule la entrada por un pago también de mil bolívares, mientras quienes continúan en la cola no se percatan de la situación debido a que permanecen a varios metros del comercio.

Mientras surgen tertulias en contra del Gobierno y la situación de Venezuela entre quienes permanecen en la cola desde tempranas horas, esperando bajo la inclemencia del sol acompañados solo del hambre, la fatiga, las diferentes tandas de acceso formal, el ingreso de “Los protegidos” y el retraso de los puntos de ventas, esas personas sólo anhelan que cuando les toque el turno de entrar, aun haya el producto que se esté distribuyendo.

“Todo esto por 2 kilos de harina, yo no tengo pa’ pagar un puesto y me toca hacer la cola”

Las personas de la tercera edad y los discapacitados no están exentos de hacer las largas colas y hasta irse con las manos vacías a su casa luego de permanecer horas esperando para comprar

“No respetan que una sea de la tercera edad…, si hago el esfuerzo es porque en la casa no tengo nada, porque ni hallacas pude hacer, fíjate que apenas es que voy a comprar harina, reuní los cobritos que me dieron el 31 y para comprar los dos kilitos de harina y me dicen que es a mil 400 bolívares, no sé si me alcancen”, manifiesta con sus manos temblorosas una señora de avanzada edad en una de las colas en Venezuela.

Imágenes de las colas en Venezuela por la escasez de alimentos A ella no le alcanzó el dinero para comprar un tercer producto, pues, a pesar que el pasado 28 de diciembre de 2016 el presidente de Venezuela Nicolás Maduro, prohibió la venta condicionada de comida, esta mujer al igual que quienes estaban en la cola debieron pagar un producto adicional para poder adquirir los dos kilos de harina.

A la salida del establecimiento comercial el escenario de anarquía continuaba siendo el mismo, quienes estaban al final de la cola eran persuadidos los bachaqueros, cuyas ganancias no se acaban con la venta de puestos en la cola, pues, a pocos metros del mismo establecimiento sobre una mesa ambulante están las mismas harinas, sólo que al doble de su costo original.