La escasez de harina pan ha hecho que los venezolanos se las ingenien para no tener que prescindir de la arepa.
Ante la escasez de harina pan, los venezolanos han optado por utilizar otros cereales para rendir el producto que algunos dicen no conseguir desde diciembre del año pasado.
Aunque es el principal ingrediente de la arepa, plato tradicional del venezolano, los ciudadanos han adaptado sus hábitos ante la crisis económica.
«Yo no puedo dejar de comer arepa porque es lo más práctico, pero tuve que comenzar a prepararla distinto para no gastar tanta harina pan todos los días», comenta Ana Herrera y explica que rinde el producto con cereales como el afrecho y la avena.
Otros prefieren hacer mezclas propias con vegetales como la zanahoria y la remolacha, pero en otros casos no solo lo hacen por rendirla, sino por intentar mejorar la calidad del producto que se consigue, pues las marcas tradicionales han desaparecido: «Yo le pongo un poquito de avena para poder digerirla mejor porque esa del empaque blanco que viene con arroz me da acidez», señala María Martínez.
La diferencia de precio entre la harina pan tradicional que produce Empresas Polar y la de la mezcla hecha con arroz es de casi 1.000%. Una cuesta 19 bolívares y la otra 195. Representantes de Polar han indicado que solo genera pérdidas, pues con ese precio ni siquiera se cubren los costos de producción.
Ante esta situación generada por el control de precios que mantiene el gobierno sobre algunos productos, los ciudadanos se quejan de que se genera más escasez. «Yo prefiero que esté cara, pero que haya. ¿Qué hacemos con una harina barata que no existe?», se pregunta Juan Molina e indica que los revendedores, conocidos como «bachaqueros», se aprovechan del diferencial entre el denominado «precio justo» y lo que la gente está dispuesta a pagar por el producto.
Sin embargo, para quienes ganan salario mínimo, la única opción para poder tener acceso a un mercado con la mayoría de los productos de la cesta básica es adquirir solo los que tienen precio regulado.
La contradicción ha surgido en las últimas semanas, pues la harina de maíz precocida y las mezclas marca «Juana» ha vuelto a aparecer en los anaqueles, pero sin el precio regulado a pesar de ser una empresa nacionalizada. Con esto, las personas con menor poder adquisitivo se ven desprotegidos.
«Yo no sé ahora qué vamos a hacer. Si uno compra esta harina y además hay que comprar el pollo carísimo y todo lo demás, la quincena se va en un día y ¿cómo comes el resto del mes?», cuestionó Luis Pérez en el oeste de Caracas.