Desde hace 10 años este un hombre sobrevive en Venezuela vendiendo guarapos en las calles a pesar de haberse graduado como TSU en Mecánica Industrial.
La necesidad de un ingreso mayor al que le ofertaban las empresas llevó a Julio Requena a caminar todos los días las calles con sus cuatro termos, vendiendo “guarapos” de malojillo, cebada y café, actividad con la cual graduó a sus dos hijos: una de abogado y próximamente el menor se graduará en Ingeniería en Sistemas. Confía en que sus hijos no le hereden este trabajo en Venezuela, tal como él lo hizo con sus padres.
Esta actividad informal, que lo obliga a ser previsivo a la hora de una enfermedad, le genera diariamente más de 20 mil bolívares diarios, cifra que supera rápidamente la oferta de 66 mil bolívares mensuales decretados por el Gobierno a partir del mes de septiembre.
“Mis padres vendían helados caseros y jugos en las playas y así me levantaron a mi. Yo escogí por eso vender en las calles porque era un oficio que ya conocía”.
Los ingredientes para sus productos como lo son el azúcar y el café los tiene que comprar mayormente a “los bachaqueros” teniendo que ajustar sus precios de acuerdo a sus costos para “poder subsistir”.
“Actualmente en la zona donde estoy, en la capital de Miranda, trabajamos cerca d 100 o 200 personas vendiendo café y guarapos en las calles y ellos me dicen; ajusta, ajusta, porque siempre estamos con los precios similares”.
En lo que va de año ha realizado mas de tres aumentos debido a la inflación y el vaso que en el mes de mayo vendía en 100 bolívares ya en septiembre cuesta 200 bolívares. Asegura que sus clientes no se quejan por el aumento en los precios del café porque saben el costo de sus ingredientes, sin embargo advierte que cada día tiene mas competencia pues en las colas que tienen que hacer obligatoriamente los venezolanos para comparar productos de primera necesidad y evitar así a los bachaqueros, no desaprovechan la oportunidad para vender.
“Ahora las mismas personas que va hacer la cola venden algo; a veces se llevan arepas, empanadas, café, aquí en Venezuela nadie se queda en el aparato”.
Y así como para Julio la economía informal fue su opción de trabajo, gremios sindicales advierten que serán mas las personas que conformarán las estadísticas de desempleados a partir de este mes de septiembre dado que alrededor de 30 pequeñas y medianas empresas están cerrando diariamente en el país, según las estadísticas dadas por Consecomercio.
Entre tanto las estadísticas oficiales mas recientes ofrecidas por el Gobierno, fueron dadas a conocer en mayo por el vicepresidente de Planificación y Conocimiento, Ricardo Menéndez, quien anunciaba que el empleo informal en el país llegó al 39,7 por ciento en el primer trimestre del 2016 cifra que destacaban como un logro positivo en los últimos 20 años.
Por otra parte, indicó que el Instituto Nacional de Estadística está realizando la primera medición relacionada con la desocupación en cada motor productivo, con el fin de monitorear el impacto de la Agenda Económica Bolivariana sobre cada área de desarrollo.
Explicó que en el caso del sector agrícola se mantiene una constante hacia la baja con 2.9% de desocupación; 11.8% en el sector construcción; 6.7% en el motor turismo; 5.5% en banca, finanzas y seguros y 8.4% en motor hidrocarburos y minas,