Venezuela ocupa el primer lugar de países con Malaria en la Región de las Américas durante el período 2011-2015. La Cumbre de los Países No Alineados cuesta 200 millones de dólares y con 20 millones puede resolverse la escasez de medicinas para esta enfermedad.
En Venezuela se registran 146.670 casos acumulados de Malaria hasta el 27 de agosto, lo que representa un aumento de 72% con respecto al mismo periodo del año anterior y supera a los casos registrados en los 12 meses de 2015, cuando se notificaron 136.402, sin embargo la cifra de muertes tan sólo en el estado Bolívar se ubica en 46.
Estas cifras no están registradas en el Boletín Epidemiológico de esa entidad, el cual dejó de publicar las cifras de mortalidad.
José Félix Oletta, integrante de la Red Defendamos la Epidemiología y ex ministro de Salud, precisó que este año Venezuela aumentará 357% su incidencia en paludismo, mientras que en el continente se redujo 67%. El total de casos de malaria que comprende el país es de 46,54% de lo reportado en toda la región.
Los datos epidemiológicos no divulgados por el Ministerio de Salud indican que la enfermedad está propagada en 16 de los 24 estados del país y 78 municipios. La Red estima que este año cerrará con 348.285 casos de malaria entre autóctonos y recaídas; es decir, un incremento de 11,65 veces más de los reportados en 2000, cuando se notificaron 29.887 casos. Los ex ministros de Salud, Carlos Walter y Rafael Orihuela, junto con Oletta, califican de récord histórico el incremento de las estadísticas, lo cual hace que la nación retroceda 75 años.
“En los últimos cuatro años hemos estado en una situación epidémica”, denunció Oletta.
De los 21 países de la región, sólo Venezuela y Haití fracasaron en su política para bajar la propagación del paludismo, con lo que se comprometieron como plan de acción sobre la malaria para la Región de las Américas en el período 2011-2015.
Por el contrario, Venezuela registró un alza de 205%, y luego le sigue Haití en segundo lugar. En la sesión del comité Regional de la Organización Mundial de la Salud para las Américas, que se celebrará en Washington desde el 26 hasta el 30 de septiembre, el gobierno nacional deberá rendir cuentas.
El informe de la Organización Panamericana de la Salud de julio de este año cita que en 14 de los 21 países de la región donde la malaria es endémica se observó que en 2014 hubo una disminución de 75% en el número de casos. Colombia y República Dominicana notificaron disminuciones de entre 50% y 75%, mientras otros 3 (Guyana, Panamá y Perú) registraron reducciones menores al 50% y “están logrando avances”. “Por otro lado, dos países (Haití y Venezuela) siguen notificando aumentos en el número total de casos”, precisa el texto antes del encuentro.
El Observatorio Venezolano de Salud y otras 8 organizaciones calculan 348.285 casos de malaria para 2016, de los cuales 2.333 son mujeres embarazadas. Los médicos denunciaron corrupción en la venta de las medicinas, que se deben dispensar de forma gratuita, debido a la escasez. Las dosis de cloroquina y primaquina (antimaláricos) las estiman en 80.000 bolívares, lo equivalente a dos gramos de oro.
No hay inventarios de medicinas
Los ex ministros denunciaron que se está agotando el inventario de tratamientos antimaláricos para tratar la enfermedad. Aseguran que el gobierno nacional no informó a tiempo al Fondo Estratégico de la OPS el estimado de inventario necesario de los 14 tratamientos esenciales que existen en sus diferentes presentaciones para tratar el paludismo. Además, Sefar dejó de producir los tratamientos en el país desde hace año y medio.
“La malaria es una enfermedad potencialmente mortal”, alerta Oletta.
La Red, junto con el Observatorio Venezolano de Salud, el Centro de Estudios del Desarrollo de la UCV, el Instituto de Medicina Tropical de la UCV, la Academia Nacional de Medicina, la Red Venezolana de Sociedades Científicas Médicas de Venezuela, la Sociedad Venezolana de Salud Pública, la Sociedad Venezolana de Infectología, la Sociedad Venezolana de Puericultura harán una carta pública en la que se planteará la necesidad de recibir donaciones para evitar un alza en la mortalidad por la insolvencia comercial con los proveedores.
“Esto es más importante que la Cumbre de los Países No Alineados que cuesta 200 millones de dólares, y con 20 millones podemos resolver esta situación. Estos millones de dólares que se gastarán no salvarán a ningún venezolano. Ahorita tendremos más de 400.000 venezolanos en riesgo y no hay dinero para la importación. Se trata de un problema de ética política. Tiene que tomar decisiones en una situación de austeridad, aunque es una palabra que borraron del diccionario”, acota Oletta.