Autoridades registraron entre el 1 y 2 de enero menos de 60 carros rumbo a La Gran Sabana.
La Gran Sabana
es el destino turístico elegido por muchos venezolanos para iniciar un nuevo año, pero 2017 comenzó diferente: apagando la tradición anual. En el peaje de Upata, menos de 60 carros se registraron los dos primeros días de enero, rumbo a La Gran Sabana, identificándolos por el equipaje arriba de las camionetas y los mensajes en el vidrio trasero.
“Esta vez han pasado menos carros que en años anteriores”, dijo uno de los funcionarios en el peaje.
La afluencia aumentó el 2 de enero, siendo igualmente baja la cantidad de los temporadistas. En contraste, se dirigen hacia balnearios en Caruachi y el Eje Atlántico, donde hay despliegue de seguridad para prevenir accidentes.
Miguel Sánchez, quien acostumbra a viajar a La Gran Sabana los primeros días de enero, alegó que este año no viajó por la situación económica y el problema de la gasolina al sur del estado Bolívar.
“La última vez que viajé a La Gran Sabana estuve varado 24 horas en Saltos de Kamoirán porque no contábamos con suficiente gasolina y no había en las bombas. Al final la tuve que pagar a precio internacional”, contó Sánchez.
En El Callao se reporta un poco más de afluencia de turistas, muchos de ellos provenientes de Margarita, Caracas y Valencia.
Cabe destacar que muchos de los temporadistas, además de disfrutar de un viaje y estancia en los espacios naturales de La Gran Sabana, aprovechan para surtirse de alimentos y productos de primera necesidad a comprar en la línea fronteriza con Brasil: “Uno aprovecha para ver qué consigue y si sale más barato que comprarlo por acá (Ciudad Guayana)”, dijo Virginia Gutiérrez, una de las viajeras.