Al llegar a Trinidad y Tobago, procedente de Venezuela, Álvaro de Marichalar contó que lo estuvieron persiguiendo durante 20 minutos.
El navegante español Álvaro de Marichalar, quien se encuentra navegando el Mar Caribe en conmemoración del Descubrimiento -europeo- de Florida y del Océano Pacífico realizado en el año 1513, contó que en el tramo de su travesía por la Península de Paria en Venezuela, fue perseguido por traficantes con armas de guerra, durante 20 minutos.
«En las últimas millas de navegación frente a la bellísima Península de Paria, tuve un susto con unos traficantes que navegaban en rumbo (Oeste) opuesto al mio (Este) a bordo de una embarcación larga… Después de hacerme señas para que parara y no obedecerles…, cambiaron su rumbo y me estuvieron persiguiendo durante 20 minutos».
Alvaro de Marichalar quien navega solo y de pie en su embarcación de tres metros llamada Numancia, narró que siguió las indicaciones que le habían dado en Puerto La Cruz, de encontrarse con personas mar adentro, por lo que no se detuvo ni un momento y describió que «iban armados, hasta los dientes. Armas de guerra».
«Seguí a rajatabla los consejos de mis amigos en Puerto La Cruz que me advirtieron y aconsejaron no parar en ningún caso si alguien me solicitaba que parara en esa zona».
«Tras 7 millas de persecución con la adrenalina y el miedo a flor de piel, logré que desistieran» cuenta Alvaro de Marichalar luego de estar 13 horas de navegando para llegar a Puerto España, Trinidad y Tobago, desde donde se comunicó para contar lo ocurrido y seguir con su travesía que lo llevará hasta Puerto Rico.
Cerró su comunicación lamentando poder «comprobar que en las costas más bellas del mundo, el Estado al que pertenecen aparezca fallido» y aseguró que este ha sido el único incidente sufrido durante su estancia en aguas y tierras venezolanas.
El navegante Álvaro de Marichalar también aprovechó la oportunidad para enviarte una Carta abierta al presidente Nicolás Maduro en la que le pide escuchar el grito ensordecedor de los venezolanos que le clama corregir el rumbo.
«Oiga y escuche Presidente el grito ensordecedor de todos los silenciosos. Respete por favor, asuma y comprenda sus demandas: el deseo real de Venezuela. Los resultados del reciente 5 de enero dejaron patente la situación y representan el final de un intento fallido».