Trabajadores de Transbolívar sostuvieron una reunión con el presidente de la empresa, quien se negó a declarar a los medios.
La mañana de este viernes los trabajadores de Transbolívar amanecieron de brazos caídos. En principio las denuncias se centraban en el incumplimiento del pago por aumento decretado, tanto en mensualidad como en cesta ticket, pero otros reclamos se sumaron, los cuales fueron calificados como un acoso laboral. De acuerdo con el gremio de conductores del transporte público, en la empresa se han dado unos 60 despidos injustificados.
Trabajadores de Transbolívar se concentraron en su sede en Puerto Ordaz, exigiendo la presencia del presidente de la compañía, Julio Almeida. Algunos de ellos pedían su destitución por las irregularidades que se vienen dando en la empresa con la clase obrera.
Almeida solicitó reunirse con los trabajadores de Transbolívar en su oficina, petición a la que se negaban, pues querían que los medios de comunicación estuviesen presentes, lo cual no fue posible por la insistente negativa del presidente de Transbolívar, quien además de no declarar a la prensa, sus guardaespaldas impidieron la toma de gráficas de la asamblea y protesta de los transportistas.
“Yo no le voy a dar argumentos a quien no le tengo que dar”, expresó Almeida, quien de llegar aproximadamente a las 6:30 am a la empresa, atendió a los trabajadores pasada las 9:00 am.
Por su parte, los transportistas exponían sus argumentos, aclarando que “nosotros estamos comprometidos con la empresa, no para causar problemas (…) la problemática no es de ahorita, es de hace mucho tiempo y necesitamos soluciones inmediatas.
Mientras tanto, el caos por la falta de transporte público se agudizó en Ciudad Guayana. Pues a las 10:30 am los trabajadores de Transbolívar seguían de brazos caídos, mientras que el resto de las unidades resultaban insuficientes para garantizar el servicio a la ciudadanía.
“Desde las 7:00 am estoy esperando transporte. Son las 9:00 am y no he podido llegar a mi trabajo, y para pagar taxi no tengo porque son carísimos”, dijo Miguel Hernández, quien aguardaba un bus en la parada ubicada en la Plaza El Hierro, en Puerto Ordaz.