No solo los trabajadores de Corpoelec toman una medida extrema como crucificarse, un empleado de Alcasa fue el primero.
El retraso en pago de beneficios laborales, como unas prestaciones o la firma de un contrato colectivo, está provocando medidas extremas de protesta. Así lo hicieron los trabajadores de Corpoelec en el estado Bolívar. Ya no basta con las marchas, trancas de calle o paro en la empresa en cuestión. Ahora, se crucifican.
Sí, trabajadores de Corpoelec en Ciudad Bolívar se crucificaron. El hecho ocurrió la mañana del jueves 21 de julio, a las afueras de la sede. Dos de ellos clavaron sus brazos en una tabla colgada en poste. Pero no han sido los únicos, ni los primeros que han tomado esta medida extrema.
El pasado 8 de julio, afuera del edificio administrativo de Alcasa, en Puerto Ordaz, un trabajador se clavó a una cruz. La razón de Germán Martínez fue el reclamo de sus prestaciones sociales. Rómulo Messone, directivo del sindicato, destaca que se trata de más deudas, como dos meses de bono de alimentación a más de 4 mil trabajadores y dos meses de caja de ahorro, por nombrar algunas.
La protesta surtió efecto. La empresa se vio obligada a cancelarle a Martínez lo adeudado. Los trabajadores de Corpoelec aspiran que crucificarse sirva de presión para lograr la firma del contrato colectivo.
“Los trabajadores de Corpoelec estamos de paro por condiciones de insalubridad, carencia de personal de mantenimiento, falta de material de oficina, falta de herramientas eléctricas y de vehículos, y carencia de dotación de uniformes”, expresaron a través de un comunicado.
No hay dinero
El contrato colectivo de Corpoelec lleva más de cinco años vencido. Venció en 2010, y en 2012 Nicolás Maduro, en condición de canciller, dse refirió al mismo como un monstruo de mil cabezas. Hace más de dos meses el ministro del Trabajo, Oswaldo Vera, dijo que “pronto” se firmaría la convención.
“Tenemos más de un año en la negociación del contrato colectivo. No se han firmado las cláusulas económicas, que son las del aumento de salario, HCM, ticket de alimentación”, dijo Reynaldo Díaz, secretario general del sindicato de Corpoelec en Caracas.
La única respuesta que han recibido es que no hay dinero para firmar el segundo contrato único de Corpoelec, el cual ampara a más de 42 mil trabajadores y 10 mil jubilados en Venezuela. Las cláusulas económicas ascienden a más de 300 millones de bolívares.
Bolívar rompió el silencio
De todos los trabajadores de Corpoelec que han protestado en reclamo de su contrato colectivo único, los del estado Bolívar se mantuvieron un mes en silencio.
El secretario ejecutivo de la Federación de la Industria Eléctrica de Venezuela (Fetraelec) y secretario general del Sindicato Único de Trabajadores Eléctricos del estado Bolívar (Suteeb), Francisco Alarcón, fue quien emplazó al presidente Nicolás Maduro a firmar el contrato colectivo, el cual asciende a 539 mil millones de bolívares para la cobertura de la convención por dos años.
Trabajadores de Corpoelec en Carabobo, Caracas y Aragua no fueron tan extremos. No han llegado a crucificarse, pero sí sostuvieron una huelga de hambre.
Mientras tanto, los trabajadores de Corpoelec, muchos con más de 10 años de servicio, subsisten con trabajos extras. Yuret Rodríguez, por ejemplo, vende artículo en el conocido perolero, una venta de garaje. Micsat Centeno, en cambio, vende chucherías en su casa.
El resto de las empresas enfrentan la misma situación con su contrato colectivo. Los docentes adscritos a la gobernación del estado Bolívar también mantienen protestas constantes por el mismo reclamo. La sociedad espera que no todos tengan que llegar al extremo de crucificarse y poner en riesgo sus vidas, ante la indolencia del gobierno.
Hasta ahora, los trabajadores que se han crucificado no han han emitido pronunciamiento sobre su radical medida.