Puerto La CruzConductores de carga pesada llevan varios días de pernocta en el terminal de Puerto La Cruz, sin que se les informe cuándo podrán zarpar hacia Margarita, denuncian que la nueva Conferry es un caos.

Inseguridad, insalubridad, matraqueo y desinformación es lo que sobra en el terminal marítimo de Puerto La Cruz Eulalia Buroz, donde gandoleros denuncian un caos total.

“Es fácil decirle a la gente mentiras para que salgan reflejadas en los medios y luego dejar a uno entendiéndose, comenta el conductor José Sánchez, procedente de San Cristóbal”.

Afirma que desde el martes se encuentra en el estacionamiento del terminal de Puerto la Cruz, esperando para llevar una carga de papelón molido hacia la isla de Margarita, para paliar la escasez de azúcar, pero ha sido imposible.

“Aquí nadie informa, nosotros estamos a la deriva, pagando comida de los viáticos que recibimos, sin poder asearnos y durmiendo en hamacas que colgamos de las mismas gandolas”, comenta.

Los conductores afirman que las autoridades de Bolivariana de Puertos anunciaron la activación de un plan de contigencia, utilizando naves de la Fuerza Armada, debido a que los buques de carga de Conferry están averiados, pero hasta la fecha no han recibido respuesta.

En zozobra porque se pudre la carga

Un transportista que prefirió no identificarse, sostuvo que no ha parado de rogar a Dios porque no se descomponga la carne de cerdo que lleva en su camión y que ya comienza a descongelarse.

“Está refrigerada, pero no estaba previsto que la espera fuera tan larga, aquí deberían dar prioridad a quienes transportamos alimentos perecederos, pero no lo hacen porque por debajo de cuerda quieren que les demos dinero”.

Afirma que el costo del boleto para su camión es de 9 mil bolívares y que le están cobrando 30 mil por embarcarlo. “Yo no puedo pagar eso, porque no tengo, aquí ya me comí lo que me dieron por viáticos”, comenta.

William Becerra, otro gandolero varado en lo que fue el terminal marítimo de la nueva Conferry en Puerto La Cruz, hoy convertido en ruinas, luego de ser demolido, sostuvo que ha pasado 4 días difíciles, sin poder dormir y en zozobra , porque lleva una carga de carne de cerdo y teme que delincuentes puedan saquearlo. “Aquí todo es dinero, si uno no paga no se va”, dijo.