Otro sobrino de Maduro y familiar de Cilia Flores es señalado como presunto responsable de actividades delictivas y corrupción.
En esta oportunidad, el sobrino de Maduro implicado presuntamente en delitos de corrupción es Eduardo Gámez Flores, teniente coronel de la Guardia Nacional Bolivariana, que ha sido denunciado por su vinculación en la compra ilegal de oro y diamantes, llevada a cabo con dinero supuestamente proveniente de empresas públicas venezolanas. La denuncia ha sido realizada por quien asegura haber sido testigo directo de las operaciones, el primer teniente Jesús Curvelo, quien tuvo que huir de Venezuela, ante evidencias de que su vida corría peligro.
En un escrito dirigido a la Asamblea Nacional, Curvelo sitúa a Gámez Flores en una red dirigida por dos altos mandos del Ejército retirados, el general Francisco Rangel Gómez, gobernador del estado Bolívar, y por su comisionado especial para el sur del estado, donde se concentra la mayor parte de la actividad de minería ilegal de oro y diamantes, el también general Julio César Fuentes Manzulli.
El diario ABC de España, revela que la denuncia apunta a Fuentes Manzulli, de quien el denunciante Curvelo fue ayudante durante catorce años, como el responsable directo de la entrega de armas a pranes o bandas criminales que se encargan de la extorsión y la violencia en la zona, así como también habría hecho encargos de sicariatos. Según Curvelo, para encubrir la entrega de armas, estas eran declaradas como robadas. Cabe recordar que diversas matanzas han sido atribuidas a los pranes en los últimos años, como la que tuvo lugar en 2016 en la localidad de Tumeremo, en la que fueron asesinados 28 mineros.
En esta red, el Sobrino de Maduro, Gámez Flores habría sido el enlace con los oficiales del Área de Defensa Integral Guayana, que incluye el estado Bolívar, y se habría implicado en la compra de oro y diamantes utilizando dinero en efectivo proveniente de empresas estatales. La organización estaría contando con apoyos en la cúpula militar, ya que Fuentes Manzulli mantiene estrechas relaciones con el comandante general del Ejército, Jesús García Toussaintt, ambos de la promoción de 1985, conocida como “Los centauros de Chávez”. Otros miembros de esa promoción habrían cooperado en las acciones criminales y de corrupción promovidas por los acusados, como sería el caso de los generales Efraín Velasco Lugo y Julio César Morales Prieto.
En una de las operaciones, ordenada por el gobernador Rangel Gómez, Curvelo acompañó a Fuentes Manzulli en un avión privado del Ejecutivo a Caracas, donde en un hangar militar recibieron veinte bolsos grandes con dinero en efectivo, así como cajas de tarjetas de telefonía móvil para ser distribuidas supuestamente en los municipios sureños para la campaña de las elecciones presidenciales de 2013.
El denunciante Jesús Curvelo cuenta que fue detenido en octubre de 2015 durante una misión que le encargó Fuentes Manzulli. Mientras transportaba cajas conteniendo 33 millones de bolívares en efectivo, desde Ciudad Bolívar a Tumeremo, Curvelo resultó interceptado por un mando ajeno a la operación, que pedía participar en los beneficios. La carga viajaba en un vehículo oficial, pero sin placas y el dinero provenía de entidades públicas, como Pdval, Mercal, Bicentenario y Gas Comunal, y se iba a emplear en la compra de oro.
Curvelo cree que Fuentes Manzulli dio órdenes para que le asesinaran en la prisión. A pesar de ser militar activo, fue encerrado en una estrecha celda con veinte delincuentes comunes. Uno de ellos le aseguró haber recibido el encargo de matarle, pero no quiso cumplir el cometido; cuando ese preso fue liberado, resultó acribillado desde un vehículo que Curvelo cree que pertenecía a la Gobernación de Bolívar.
Esta es no es la primera vez que una investigación apunta, a que familiares de la pareja presidencial están implicados en hechos delictivos y de corrupción, utilizando los recursos del Estado venezolano para beneficios personales, recordando que a finales del año pasado, dos sobrinos de Maduro fueron condenados por narcotráfico en Nueva York, en un juicio en el que también se apuntó a otro sobrino de Maduro y a un hermano de Cilia Flores como colaboradores en el negocio.