La falta de agua en el país ha hecho que los venezolanos recurran a medidas poco salubres para poder rendir este líquido y cubrir, de manera precaria, sus necesidades diarias.
Los habitantes de Menca De Leoni, en Guarenas, estado Miranda, denuncian que tienen 9 meses sin recibir el servicio de agua. Aunque han protestado en las calles en varias oportunidades, no consiguen respuestas por parte de las autoridades que, por el contrario, los dispersan con bombas lacrimógenas.
Explican que la situación ha deteriorado considerablemente su calidad de vida. El agua con la que cocinan es la misma que utilizan para limpiar los baños y bajar las pocetas.
«Cuando hay mucho excremento yo le echo vinagre o kerosene dando tiempo a que se reúna el agua otra vez», detalla la señora Ilda Domínguez.
Otra vecina de la zona, la señora Erzilia Velásquez, explica que “uno baña a los niños en una bañera y luego eso lo usa para la poceta». Lo mismo hace cuando se bañan los adultos y en algunos casos, cuando se cepilla los dientes o se lava la cara. Además de lo que tiene que ver con la higiene diaria, para cocinar también surgen inconvenientes.
En algunos casos tienen la posibilidad de adquirir botellones de agua potable, pero en otros, han tenido que optar por comprar hielo y derretirlo «hasta para hacer arepas», según dijo Domínguez.
La situación genera otros problemas relacionados con la forma en la que se almacena el agua. Los recipientes con agua estancada se convierten en el criadero ideal de mosquitos transmisores del dengue, chicungunya y zika.
Un consultado que prefirió guardar su identidad dijo que el gobierno nacional se ha olvidado de ellos.
«Aquí nadie está pendiente de uno, solo cuando hay elecciones. Ni el gobernador, ni el alcalde, ni mucho menos el Presidente».
Aunque tiene esperanza de que desde la Asamblea Nacional se puedan tomar medidas, dice estar desesperanzado con la situación del país en general.