El Sebin irrumpió en las instalaciones de la Corporación Eléctrica (Corpoelec) en Aragua, donde el personal en protesta aseguró que pretendieron llevarse detenidos a representantes del Sindicato Unitario de Trabajadores de la Industria Eléctrica en Aragua (Sutiea). La acción fue calificada como otra forma de amedrentar la acción que emprendieron los trabajadores desde hace cuatro días en la lucha por la firma de la contratación colectiva que les permita beneficios socioeconómicos que les permita enfrentar la crisis que atraviesa el país. Además del Sebin, ya efectivos de la Guardia Nacional habían hecho acto de presencia en la sede central de Corpoelec. La situación fue condenada por el personal que considera que la presencia de los uniformados debe concretarse en las subestaciones donde el hampa arremete contra el personal y la seguridad del sistema eléctrico.
Los ánimos estuvieron caldeados en la sede de Corpoelec Aragua. Los trabajadores exigen el cese del amedrentamiento y la solución definitiva al conflicto, pues los funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), llegaron armados al lugar apenas culminó la asamblea que sostenían los afectados.
“Estábamos en asamblea pacífica cuando llegaron los funcionarios del Sebin armados exigiéndome que los acompañara, insistieron una y otra vez pero los trabajadores no dejaron que se consumara la acción y salieron a la defensa.
«Vinieron a meternos presos y están reunidos con el gerente de la región Aragua, Oscar Torres”, señaló Julio Ávila, secretario de reclamos del Sutiea.
El dirigente sindical especificó que llevan cuatro días en protesta pacífica, bajo la figura de asamblea permanente, situación que incomoda al gerente de la región Aragua de la estatal eléctrica. Ávila insistió en que Corpoelec está matando de hambre a su personal y las comunidades deben conocer la realidad que atraviesan: no cuentan con herramientas, materiales ni insumos para laborar.
“Nosotros no administramos la empresa, estamos dirigidos por factores políticos que no les importa la situación del trabajador. Hemos tenido muertos en las últimas ocho semanas, un fallecido en el municipio Bolívar porque estaba trabajando en un camión de la alcaldía que no cuenta con seguridad. Las comunidades deben entender que no somos enemigos, no estamos para sabotear, somos padres de familia que nos morimos de hambre, sin sueldos ni cesta ticket acorde, ahora atropellados por organismos de seguridad del estado como el Sebin”, recalcó Julio Ávila.
“Antes de botar a un trabajador, sale el gerente regional Aragua”
Los trabajadores de Corpoelec se mantuvieron en el estacionamiento de la sede central donde la rabia e impotencia se apodera cada día ante la falta de respuesta del ministerio de Energía Eléctrica y el Presidente Nicolás Maduro. El punto único en la cuenta sobre los beneficios sociales de la contratación colectiva de ese sector, tiene cinco semanas en el despacho de la Presidencia a la espera de firma. Nada se concreta, dijo Alí Briceño, vocero de la Federación Eléctrica, Alí Briceño.
Julio Avila
Las amenazas Oscar Torres, gerente de la región Aragua, encendieron las alarmas del personal que aseguran que el representante dejó claro que botaría a la dirigencia sindical y todo el personal que se sumaba a las acciones de protesta.
“El gerente de la región nos hizo fotos y videos, nos gritó desde su vehículo que nos iba a botar pero bastante payasos hemos visto pasar por esta gerencia y antes de que salga un trabajador botado de Aragua primero se va él. En Aragua son 2 mil 500 trabajadores y más de 600 jubilados y los afectados son toda la carga familiar, lamentablemente tenemos un patrono a espaldas de las necesidad del trabajador”, expresó Julio Ávila, quien responsabilizó a Oscar Torres de lo que pudiera sucederle a cualquier trabajador.
Finalmente los funcionarios del Sebin se retiraron de las instalaciones después de permanecer en la gerencia durante al menos cuatro horas y no lograr la detención de los sindicalistas.
Ávila anunció que vía mensaje de texto fue citado para rendir declaraciones en el Sebin, a la cual piensa asistir porque nada tienen que temer ni ocultar.