En Maracay se acabó la venta de oro porque no hay material para la venta además de altos precios que lo hacen inaccesible.
En Maracay no hay venta de oro en las joyerías porque simplemente no hay oro para vender. Aunque suene a trabalenguas, hace poco más de un año el material dejó de llegar a los establecimientos que por tradición expendían anillos de matrimonio, de grado, cadenas, zarcillos, dijes y demás piezas que iban desde los 10 a los 24 quilates.
Propietarios de joyerías y trabajadores se mantienen escépticos a suministrar información acerca de la crisis que atraviesan. Prefieren mantenerse en reserva, al menos en el 90 por ciento de las joyerías que visitó El Correo del Orinoco. La inseguridad, el temor de suministrar información, la escasez que llegó hasta las joyas y que trajo como consecuencia puntuales bajas en las ventas, mantienen a los joyeros un tanto parcos a revelar datos que los agobian.
“No hay capacidad de material para la venta, ahora trabajamos con plata o acero desde el 2014. Aquí no se compra oro a particulares y quienes desean comprar una pieza de oro recurren a Mercado Libre, Amazon, internet….”, comentó una de las trabajadoras de una reconocida joyería con años de tradición en Maracay.
Anillos de 10 quilates cuestan 108 mil bolìvares
Mariana Farías es la encargada de otra joyería con 60 años de fundada en Maracay. Aseguró que desde hace más de un año se paralizó la venta porque proveedores dejaron de despachar. Las tradicionales cadenas de oro para bautizos fueron sustituidas por plata al igual que los anillos.
“Las ventas no son como antes que se facturaban tres cadenas de oro en una semana, ahora pasa un mes y nada”.
Indicó que un par de anillos de matrimonio de 10 quilates se ubica en 108 mil bolívares, al menos unos diez sueldos mínimos, y los de 18 quilates duplican el precio. Eso solo se expenden previo encargo y se debe esperar que el proveedor tenga material en existencia.
Ni siquiera en los días previos al 14 de febrero, día del amor y la amistad, se incrementa la demanda de oro. Los venezolanos dejaron de buscar piezas del metal aurífero porque el bolsillo no está en condiciones de invertir en esas piezas.
El quilate de orfebrería determina la pureza del oro utilizado en las joyas. Un quilate (abreviado K o kt) según la definición de Wikipedia, representa una veinticuatroava (1/24) parte de la masa total de la aleación que compone el metal. Una joya elaborada con oro 18 quilates, su aleación está hecha de 18/24 (o 3/4) partes de oro y tiene una pureza del 75%, mientras que una pieza de 24 quilates está hecha de 24/24 partes de oro y por lo tanto es de oro puro.
Según Farías, los tradicionales abridores que se colocan en las orejas de las niñas recién nacidas, ni siquiera vienen por gramos sino por piezas y su precio se ubica en Bs. 17 mil.
“En 60 años que tiene la joyería, es primera vez que esto pasa, las ventas han mermado porque oro no hay ni tampoco quien lo compre porque es raro cuando vienen clientes buscando una pieza de oro”.
En otras de las joyerías consultadas tampoco hay piezas de oro. En su lugar las vidrieras que antes exhibían las piezas del metal precioso, ahora lo ocupan pulseras, collares de fantasía.
“¿Quien va a comprar oro con un gramo en 100 mil bolívares? Ahora se venden anillos de plata que cuestan entre 15 mil y 20 mil bolívares para quienes quieren casarse. Así como hay escasez de harina, también hay escasez de oro, nosotros también somos afectados”, manifestó una de las encargadas que pidió reserva de identidad. La situación que atraviesa ese sector es de tanto recelo que por desconfianza tampoco permitieron tomar fotografías de lo que muestran ahora en vidrieras.
“Ni loca salgo a la calle con alguna prenda de color amarillo”
Los altos índices de inseguridad en el país cambiaron la realidad del venezolano que años antes lucía anillos de grado en sus manos o alguna cadena, pulsera o zarcillo de oro.
“Ni loca salgo a la calle con alguna prenda de color amarillo, no sea que un malandro se equivoque y me meta un tiro para quitarme una fantasía de gold field”.
Así se refirió Trinidad Romero desde una de las joyerías visitadas donde buscaba precios de reloj para regalarle a su pareja el 14 de febrero. Señaló que los venezolanos dejaron las prendas guardadas en cofres, con la esperanza de poderlas lucir algún día, aunque lo más factible, según su criterio; es que se despojen del valor sentimental y las vendan para poder paliar la crisis económica que atraviesa el país.
Joyerías a la deriva
El sector joyería no cuenta con un gremio que las agrupe o represente ante la crisis que atraviesan. Una de las encargadas aseguró que los pocos venezolanos que compran oro lo adquieren para venderlo en el extranjero. Subsisten porque han debido incluir materiales que antes no comercializaban pero que son los que buscan los clientes.
Explotación aurífera sepultada por Gobierno de Chávez y Maduro
Francisco Cardier, diputado al Consejo Legislativo de Bolívar, es integrante de la comisión de minas en la legislatura local. Según una nota de prensa, dijo que la ausencia de políticas para la explotación de material aurífero al sur del estado Bolívar, como alternativa económica no petrolera, fue sepultada por los gobiernos de Chávez y Maduro.
Aunque Cardier indicó que Venezuela es el octavo país del mundo en reservas auríferas, en la actualidad es extraído por miles de garimpeiros y de ilegales de todas partes del mundo que se aventuran en Guayana.
“Existe una anarquía total en las zonas mineras, donde impera la ley del mas fuerte, y donde a diario mueren de cuatro a cinco personas, y hasta nueve como ocurrió en días pasados”.