Los cancilleres de la Unión Europea adoptaron este lunes una serie sanciones contra Venezuela, entre ellas un embargo de armas.
Las sanciones contra Venezuela incluyen un marco jurídico sobre futuros castigos contra responsables de graves violaciones de los derechos humanos, con el objetivo de favorecer el diálogo en Venezuela. Para ello, el consejo dio este lunes luz verde a la base legal para crear una lista de personas sancionadas a las que congelaría sus bienes o prohibiría entrar en territorio comunitario, pero que por el momento no cuenta con ningún integrante. Fuentes europeas reconocieron que se baraja el nombre para esa lista, sin dar más precisiones, aunque por el momento se trata de esperar a ver si el embargo de armas y de material que pueda utilizarse en la represión surte efecto y fomentan la vuelta al diálogo entre el Gobierno y la oposición.
Los ministros explicaron que las medidas adoptadas hoy se utilizarán de forma «gradual y flexible» y que podrán ser «expandidas» a quienes «no respeten los principios democráticos o del Estado de Derecho» o estén implicados en «la violación de los derechos humanos». Las medidas contemplan un «embargo de armas y material relacionado que podría usarse para la represión interna, así como un marco legal para la prohibición de viajar y la congelación de activos» para responsables de las violaciones de derechos humanos en el país, precisó esta fuente.
«Todo lo que hacemos está orientado a incentivar a la celebración del diálogo entre el Gobierno y la oposición», indicó el canciller español Alfonso Dastis a su llegada al encuentro.
Los ministros puntualizaron, asimismo, que podrán dar marcha atrás a las sanciones «en función de la evolución de la situación en el país». Se refirieron, en particular, a la celebración de negociaciones «creíbles y significativas», al respeto a las instituciones democráticas, a la adopción de un calendario electoral completo y a la liberación de todos los prisioneros políticos.
En el mismo contexto, hicieron hincapié en que estas medidas restrictivas «no han sido diseñadas para perjudicar a la población venezolana», cuya apurada situación «la UE quiere aliviar». «Como siempre, todo lo que hacemos nosotros está orientado a incentivar la celebración del diálogo entre el Gobierno y la oposición con el objeto de alcanzar una solución pacífica, democrática y dialogada a la situación que vive Venezuela», indicó el ministro español, Alfonso Dastis, a su llegada a la reunión.
La UE se suma así a Canadá y Estados Unidos en la adopción de sanciones, si bien las de Washington fueron más allá, al prohibir a sus ciudadanos y empresas negociar deuda emitida por el gobierno venezolano y su estatal petrolera Pdvsa, en un momento en que el país se encuentra al borde del default.