Desde agosto de 2015 no funciona el incinerador que procesa vísceras y desechos humanos, lo que está generando altos índices de contaminación y pone en riesgo la salud pública.
El proceso que debe seguirse para la deposición final de los desechos anatómicos es su incineración, de no realizarse, se genera una alta contaminación que compromete la salud. Esto es precisamente lo que está sucediendo en el Hospital de San Cristóbal, donde el incinerador se dañó en agosto de 2015, por lo que tales desechos no están siendo procesados como marca el protocolo.
Según fuentes hospitalarias, el olor que se expide es insoportable en los alrededores de la morgue de este hospital, porque el cúmulo de material humano como viseras, placentas, fetos y desechos de cirugías es permanente, lo cual está generando un foco de contagio que podría estar haciendo estragos incalculables en la salud de los tachirenses. Al parecer, parte de estos desechos se depositan en la cava de enfriamiento, pero éste ya rebasa su capacidad y algunos fragmentos son colocados sin refrigeración.
Las autoridades de salud parecen estar indiferentes ante problema, que según las fuentes, podría estar incidiendo en el agravamiento del cuadro clínico de los cientos de personas ingresadas en este hospital fronterizo estado de Táchira.
Cementerio también colapsa
No sólo el Hospital Central sufre la contaminación generada por la avería del incinerador de restos humanos, también el cementerio municipal de San Cristóbal, bajo la administración de la alcaldía de San Cristóbal, padece el problema, de acuerdo a lo que denuncia el regente del Campo Santo, Alfredo Rosales.
En lo que va del año 2016 se han enterrado casi 900 kilogramos de material orgánico y anatómico en el Campo Santo, a pesar de que no está diseñado para esos fines. Explica Rosales, que tales materiales deben ir a incineradores de manera inmediata.
“Sólo con el traslado de esos desechos desde el hospital hasta el cementerio, ya se genera una cadena de efectos contaminantes en todo el trayecto”.
Según el denunciante, el proceso de eliminación de restos humanos en el cementerio municipal de San Cristóbal no cumple las medidas requeridas y es un lugar muy visitado por la población de manera permanente.
“Los desechos que llegan se entierran en fosas comunes, específicamente en un sector del cementerio, que luego no puede ser reutilizado” señala Rosales.
La gobernación sigue dormida
El administrador del cementerio municipal de San Cristóbal hace un urgente llamado a la gobernación del Táchira, dirigida por Vielma Mora, para que se aboque a atender la crisis del Hospital Central, que colapsó casi en todas sus áreas.
Dijo que la avería del incinerador sucedió en agosto de 2015, hace seis meses, y ningún funcionario del gobierno se ha pronunciado en relación al tema, mientras todos los medios de comunicación se hacen eco de esta contaminación que, según las fuentes hospitalarias, repercute directamente en la vida de los tachirenses y puede marcar diferencias entre vivir o morir.