Una salud en terapia intensiva fue el término acuñado por el entonces presidente del Colegio de Médicos de Aragua, Ángel Sarmiento, para definir la crisis que atraviesan los centros hospitalarios en la entidad.
Él hoy se encuentra exiliado por persecución tras denunciar la situación que confronta la salud.
El Hospital Estadal de Niños Los Samanes se ha convertido en icono del detrimento en la prestación de un servicio, que se erigió como un nuevo modelo de atención hospitalaria en 1989 cuando fue inaugurado.
Bajo la figura de fundación privada (Fundación Materno Infantil Los Samanes), el Hospital Los Samanes es financiado por la Gobernación de Aragua. Hoy sufre las consecuencias de las escasez de insumos, medicamentos, material médico quirúrgico y personal subpagado, que obligó al cierre de varias consultas de diferentes especialidades.
“Vengo acá desde hace 4 años y el número de pacientes ha disminuido porque aquí nunca hay nada”, comentó Elizabeth Moreno mientras salía con su hija del hospital.
En Venezuela es mucho el temor a denunciar, bien sea por parte de funcionarios que temen la persecución y el final despido de sus puestos de trabajo, o de ciudadanos que aún y cuando les vulneran derechos prefieren callar por temor a represalias.
Elizabeth Moreno no quiso foto, tuvo temor, pero aseguró que antes de llevar a su hija por consulta de emergencia, guardó en su cartera el conjunto de posibles medicamentos a usar porque en el hospital no hay.
“Nunca hay profenid o descongestionantes de vías respiratorias. Tuve que comprar una mascarilla que me costó 870 bolívares para nebulizar a mi hija porque en el hospital tampoco había”.
La fuente en el hospital pidió a El Correo del Orinoco mantener el anonimato porque los despidos por parte de la Corporación de Salud de Aragua (Corposalud) dice que están a la orden del día.
Laboratorio sin reactivos
En efecto el personal médico “trabaja con las uñas”. Todos los servicios laboran bajo la crisis. El laboratorio no cuenta con los reactivos necesarios para cubrir con la demanda de exámenes diarios. Atienden solo estrictas emergencias porque se les dificulta procesar una hematología completa. La situación de los reactivos ha sido denunciada de manera reiterada por el Colegio de Bioanalistas de Aragua, una realidad que afecta al país porque se trata de reactivos importados y el problema del Estado con el pago a los proveedores internacionales. No hay material para asegurar la disposición de los desechos. Una caja cualquiera es perfecta para colocar las jeringas y demás desechos orgánicos. Muchos exámenes dejaron de practicarse en el laboratorio como gases venosos, antígeno prostático o la curva de tolerancia glucosada. En ese hospital público los pacientes deben recurrir a servicios privados, lo mismo que una violación del derecho a la salud porque no se garantiza de forma gratuita.
Rayos X sin radiografías
El servicio de rayos X funciona a medias en el Hospital de Niños. Una de las máquinas no está en funcionamiento y la otra puede hacer las tomas de acuerdo a la indicación del médico, pero no cuentan con el material para la impresión de la imagen. En conclusión: los pacientes deben recurrir a otro centro, por lo general privado, para obtener la radiografía.
Desde hace 6 años el equipo de radiografía portátil dejó de funcionar. Nunca hubo arreglo y la solución fue arrumarlo en la sala 2 de rayos x donde todavía permanece. El equipo servía para realizar radiografías durante intervenciones quirúrgicas y monitorear de inmediato el resultado. Todo eso se acabó, hasta las intervenciones de cirugía artroscópica porque desapareció parte del aparato y tampoco fue reparado.
“El deterioro del hospital es evidente», aseguró el médico traumatólogo Jesús Salas, profesional de la medicina con 23 años de labor en el hospital.
Eliminadas consultas
A las 3:00 de la madrugada o un poco antes deben estar los pacientes en el Hospital de Niños. A las 7:00 de la mañana inicia el proceso de asignación de números para cada consulta. Dermatología no hay, cardiología infantil no hay, neumonología infantil no hay. Se trata de un hospital de Niños que no ofrece muchas de las consultas infantiles porque sus especialistas dejaron de laborar. Pírricos salarios que según el médico Jesús Salas oscilan los 6 mil 500 bolívares mensuales, obligaron a los profesionales de la salud a buscar nuevos horizontes en consultas privadas para subsistir.
Sala de yeso… sin yeso
Escasean las vendas de yeso. Los médicos traumatólogos deben trabajar con el mínimo necesario para aplicarlo en casos de fracturas. En 23 años de servicio, Jesús Salas no vio el hospital tan deteriorado y con tantas carencias como ahora.
Disculpe, ascensor en mantenimiento.
Desde hace más de dos años no sirve el ascensor del hospital. Pacientes sin distingo, deben subir escaleras. Tampoco hay una rampa para el acceso en silla de ruedas a los pisos de consulta. Muchos de los pacientes operados de la vista o cualquier otra intervención quirúrgica que amerite seguimiento por consulta, deben exponerse a los escalones. Un letrero en los ascensores pide disculpas a los usuarios porque está en “mantenimiento”.
Llegó la hora de partir, sin libreta, bolígrafo, teléfono o cámara fotográfica que revele la profesión, porque el periodista tiene prohibido el acceso a los hospitales de Aragua, órdenes expresas de la Corporación de Salud, porque aún y cuando son lugares públicos no pueden ser espacio para denuncias.