Madres y padres rescatan del año escolar anterior todo lo que puedan para hacer magia con el salario mínimo.
El salario mínimo se volvió sal agua. Ahora enfrenta el momento más álgido de la crisis en Venezuela: rendir los 15.051 bolívares y decidir si comprar comida, uniformes o útiles escolares.
El año escolar 2016-2017 quedará enmarcado por la austeridad y por la puesta en práctica de métodos para “rescatar” todo lo que se pueda del año escolar anterior. Eso incluye hasta los zapatos usados porque muchas madres y representantes ya comenzaron a recurrir a zapateros para tratar reconstruirlos en muchos casos.
La reparación de los zapatos escolares puede alcanzar los 5 mil bolívares, quizás más accesible al salario mínimo que en esta ocasión solo alcanza para comprar un par de zapatos escolares, cuyo costo se ubica entre los 12 mil y 19 mil bolívares.
La situación económica empeora pues por niño o adolescente mínimo deben comprarse dos camisas y dos pantalones, lo que aumentaría el presupuesto a 52.280 bolívares por niño, exclusivamente en uniformes, porque la lista de útiles es harina de otro costal.
“Uno tiene que recorrer tiendas, buscar precios, comparar. No se puede comprar en el primer negocio que se entra. Los precios están por las nubes, hay que hacer de tripas corazón y yo tengo que comprar uniformes para cinco niñas, es muy rudo, no sé cómo hace un padre de familia que gana sueldo mínimo porque come o viste a los hijos para la escuela”, comentó Agustín Jiménez.
Mandar a hacer los uniformes con una costurera puede que signifique uno que otro ahorro, porque las telas también aumentaron de precios y a eso se le suma la mano de obra. El ahorro puede llegar a ser de 2 mil bolívares.