El salario mínimo del venezolano es de 27 mil bolívares. Si a esto se suma el llamado ticket de alimentación, que representa un monto de 63 mil bolívares, el salario mínimo integral del venezolano es de 90 mil bolívares mensuales. Al cambio esta cifra representa 90 mil pesos colombianos. El salario mínimo en Colombia, proyectado para 2017, podría llegar a 738 mil pesos mensuales, lo que equivale, en bolívares, a 738 mil bolívares fuertes al cambio.
La abismal diferencia es el principal impulso que explica porqué cientos de venezolanos, aún a riesgo de una potencial deportación, están asumiendo a Colombia como destino para buscar una alternativa a la crisis económica que vive el país.
Autoridades en alerta
Las autoridades colombianas están preocupadas por la situación ya que las deportaciones no solamente se concentran en regiones fronterizas con Venezuela.
Durante el 2016 se han deportado 169 venezolanos desde Bucaramanga, a seis horas de la frontera, 100 desde Boyacá, a 12 horas de la frontera, 21 de Risaralda, a 14 horas entre otros ejemplos, lo que va sumando cifras records en la historia binacional.
Por un salario mínimo en Colombia, o menos, la mayoría de los deportados se encontraban ejerciendo actividades disimiles: comercio informal, minería, recolectores de cosechas agrícolas, artistas, ejerciendo la prostitución hasta solicitando dinero en la calle, entre otros, según lo informó el Director Nacional de Migración Colombia, Christian Krüger Sarmiento.
Pero hay otra situación detectada: la explotación laboral y la estafa. Aseguró Kruger Sarmiento que cientos de venezolanos están siendo engañados por los patronos en actividades como lavado de carros, la construcción y otros oficios.
Al cumplir su mes laboral son despedidos sin pago y con la amenaza de ser denunciada su presencia irregular ante migración Colombia. Pero a pesar de esta situación, el atractivo de un mejor salario mínimo en Colombia y la crisis económica en Venezuela mantienen la ilusión del migrante irregular.
Por un salario mínimo en Colombia
Si bien reconoce la presencia de migrantes desde Venezuela que solamente buscan un salario mínimo, Carlos Luna, presidente de la Cámara de Comercio de Cúcuta, encuentra oportunidades con la llegada a Colombia de profesionales venezolanos, empresarios e inversionistas diversos.
“Hay transferencia de conocimiento, metodologías, capacidad de estos venezolanos hacia Colombia. Mucho de ellos con grados de maestría, doctorados que nos pueden apoyar mucho para el desarrollo”.
Asegura el empresario que hay una gran problemática en una región en donde hay un alto desempleo e informalidad “…pero hay que entender que esta es la dinámica de una frontera y las autoridades tendrán que prepararse tanto para la migración profesional y de inversión como para la otra”, aquella migración que busca, desesperadamente, el salario mínimo colombiano.