En minutos el hampa concreta el robo de baterías en vehículos y no hay respuesta de autoridades en Aragua.
La escasez de baterías en Aragua propició el incremento del nuevo modus operandi: el robo de baterías en Maracay va en ascenso y hasta ahora las autoridades no encuentran la forma de hacer frente al delito en el cual la víctima ahora pasa a ser culpable de su propia desgracia.
Alirio Villasana trabaja con su vehículo. Hace transporte y, el negocio que inició hace 15 años y que fue lucrativo, es ahora su dolor de cabeza porque cuando no son los repuestos que no consigue, son las costosas inversiones que implican los trabajos de mecánica o mantenimiento. En cualquiera de los casos las pérdidas económicas marcan el final de la una larga jornada de travesías.
El transportista contó que el 2 de enero salió junto a su esposa y tres hijos en su vehículo particular, el cual usa entre semana para taxear. Llegó al Parque del Ejército, conocido como Las Ballenas para disfrutar en familia del inicio del 2016 sin saber que sería el inicio de un suplicio. El recorrido familiar contemplaba posterior visita a la Plaza Bolívar y una ronda de helados. Al día siguiente tenía planificado un viaje a Barquisimeto con un cliente, mientras que lunes y martes debía hacer el traslado de otros clientes a Maiquetía y Puerto La Cruz. La jornada laboral significaba ingresos por el orden de los 40 mil bolívares.
Todo quedó truncado porque justo cuando se disponía a retirarse de Las Ballenas, el vehículo no encendió. La batería ya no estaba. Todo estaba en perfecto estado, no había signos de violencia en el auto y se percató de la situación cuando levantó el capó y se llevó la sorpresa. El hampa abortó, en menos de 60 minutos, el trabajo que tenía por hacer Alirio Villasana.
Robo de baterías: Una travesía que deben enfrentar los maracayeros
El hombre no imaginó todo lo que le tocaría vivir desde el robo de batería, empezando por contactar una grúa un sábado 2 de enero y luego pagar 6 mil bolívares para que trasladaran el carro hasta su casa a unos 8 kilómetros del lugar.
Comenzó a averiguar cómo adquirir una batería nueva que a precio regulado, pasó de 3 mil 600 a Bs. 12 mil. No solo fue madrugar a ciegas en uno de los establecimientos el lunes 4 de enero porque obviamente el domingo permaneció cerrado. Ese día no se concretó la compra porque, aún y cuando estuvo en el lugar desde las 2 de la madrugada haciendo cola, no hubo baterías para la venta. Otro día perdido. La otra situación a la que debía enfrentarse es que para comprar la batería debe entregar la vieja dañada. No la tiene porque el hampa se la llevó. Dijo que en el CICPC no le recibieron la denuncia del robo de la batería, cuyo soporte pretendió entregar en la tienda para adquirir la nueva. Con un amigo consiguió una batería vieja dañada para regresar a la cola de las 2:00 de la madrugada y poder comprar el repuesto. Tampoco pudo adquirirla este martes 5 de enero.
Baterías a 60 mil bolívares
Como Villasana, a muchos maracayeros les toca vivir el calvario del robo de baterías.
“Mientras estaba en la cola desde las 2 de la madrugada, cinco personas estaban igual que yo, a todos les hurtaron las baterías en Maracay y lo peor es que no se consiguen. En mi caso, el carro no es un lujo, es mi trabajo, el sostén de mi familia”.
Mientras que Villasana dejó de percibir unos 40 mil bolívares en los viajes, su búsqueda urgente de batería lo llevó a otra realidad: comprar una batería nueva a 60 mil bolívares.
La víctima relató que en el proceso de denunciar el hurto, buscó apoyo en PoliAragua cuyos funcionarios le condenaron el hecho de dejar el carro solo en un lugar que no cuenta con vigilancia, aunque cuente con muchas personas.
“Resulta que yo soy el culpable de mi desgracia, el culpable de que me hurten la batería soy yo, de ninguna manera es culpa de los organismos de seguridad que no terminan de aceptar y reconocer que el hampa les lleva el juego ganado”.