La comunidad católica del Zulia aún no se termina de recuperar de los ataques de la delincuencia a las imágenes religiosas de esa entidad, pues, tras lo sucedido semanas atrás con el robo de la corona y palma de Santa Lucia, esta vez el episodio se repitió, pero con La Virgen de Altagracia, patrona del municipio Miranda ubicado en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo.
De acuerdo a la información suministrada por el sacerdote de la Iglesia de la Virgen de Altagracia, Heberto Ávila, los ladrones ingresaron en la madrugada del pasado lunes, aprovechándose de la torrencial lluvia que afecto la zona por varias horas para cometer la insólita fechoría.
«Suponemos que todo esto pasó en horas de la madrugada porque rompieron una de las ventanas de vidrio y además rompieron la cerradura y violentaron el nicho de la Virgen”
“Nos causa una gran preocupación porque mientras le estaban sustrayendo la corona a la imagen pudieron hacerle algún daño a la Virgen», manifestó Ávila.
Por su parte el padre José Palmar, condenó el hecho catalogándolo como un irrespeto a la comunidad católica de la región zuliana debido a la falta de políticas de seguridad eficientes en esa entidad, sobre todo porque el municipio Miranda lidera la lista de los ayuntamientos con mayor índice delictivo del estado Zulia.
“El robo de las coronas a Santa Lucía y Virgen de Altagracia en Zulia es la degradación de un hampa inescrupulosa y de autoridades incompetentes”, criticó Palmar.
La corona que le robaron a la Virgen de Altagracia está elaborada en material de bronce y oro, el cual es sumamente buscado para la reventa en ese municipio. Los cuerpos de seguridad de la entidad, manejan la hipótesis de que los responsables del robo a la corona de la Virgen de Altagracia son los mismos que perpetraron el robo en la Iglesia Santa Lucia y del cual aún no se ha recuperado los elementos sustraídos.
Paradójicamente la iglesia de la Virgen de Altagracia está ubicada en pleno casco central de Los Puertos de Altagracia, en las adyacencias a la Alcaldía de Miranda y de la sede del Saime, lugar que debería contar con el resguardo de seguridad pertinente.