Lago de ValenciaRefugiados del Lago de Valencia piden que cese el infierno y la excusa de inspeccionar viviendas que quedaron bajo las aguas.

El tema de los refugiados del Lago de Valencia es un cuento de nunca acabar, una pesadilla que se pasea por las calles de un infierno de la que quieren despertar y salir de los cuarteles donde fueron alojados tras perder sus viviendas bajo las aguas del mencionado lago, donde se les prometió salir en menos de tres meses pero ya llevan poco más de tres años.

A muchos los invade el temor de denunciar ante las amenazas de representantes del Gobierno regional y hasta nacional, de perder el beneficio de viviendas.

Yenitza Rivero, Rosa Rojas y Ana Galíndez se embraguetaron los pantalones cansadas de las burlas que terminan en más trabas para alcanzar el derecho constitucional que les garantiza viviendas dignas. Ya son abuelas, cada uno de sus núcleos familiares crecieron dentro de los cuarteles.

De manera obligada, relatan las damas, salieron de sus casas propias porque el Lago de Valencia se las tragó.

Subsistieron varias semanas con las aguas dentro de sus inmuebles en Las Vegas, Platanal y Aguacatal, en la zona sur de Maracay; hasta que el Gobierno de Aragua y Ejecutivo nacional desalojaron a sus familias y las recluyeron en el Cuartel Abelardo Mérida, donde se suponía que permanecerían muy poco tiempo antes de dignificarles la vida con un apartamento de Misión Vivienda.

Sus vidas giraban en torno de una litera

En el cuartel la vida se circunscribe a una litera, según relata Yenitza Rivero, quien al igual que Galíndez y Rojas, sacrificaron su juventud para obtener una vivienda propia que adquirieron al Instituto Nacional de la Vivienda (Inavi) y de las cuales poseen sus títulos de propiedad. Hoy los inmuebles quedaron bajo las aguas del Lago de Valencia o entre matorrales que se formaron tras la retirada del reservorio natural por la eminente sequía.

Poseen sus respectivos certificados de refugiados expedidos al concluir los censos realizados por Protección Civil y para los cuales debieron mostrar los títulos originales de propiedad y entregar copias. Los sacrificios de nada valieron, en los cuarteles no hay privacidad.

“Cuando uno respira lo escucha el de la litera de al lado y tuvimos que separar las literas con sábanas para por lo menos tener privacidad de vestirnos. La comida es pésima, hasta con chiripas, te roban los enseres, eso no es vida para nadie”, relató Rivero.

Burla… burla y más burlas…

Los llamados “articuladores políticos” les aseguraron que en diciembre de 2015 le entregaban sus respectivos apartamentos a las denunciantes en la Ciudad Socialista “El Libertador”. Ante la promesa más que segura, las tres mujeres abandonaron el refugio y se fueron arrimadas a casa de familiares donde también tienen los enseres que podían mudar hasta su nuevo hogar. El 18 de diciembre fue el acto de entrega, todo un espectáculo desplegado entre los ministerios de Vivienda y Hábitat y Gobierno de Aragua.

El acto fue transmitido en vivo por VTV y el presidente Nicolás Maduro dio el pase en vivo desde la Ciudad Socialista para entregar 200 apartamentos.

“En la manzana 9 de la Ciudad Socialista se le entregó un apartamento a una señora, totalmente amoblado y vimos como después de terminar el paso de televisión, le sacaron todos los artefactos del apartamento, nos quedamos indignados con tanta burla y humillación”, dijo Rivero.

También contó que estaban allí 45 familias que permanecían a la espera de que los llamaran para recibir las llaves de los inmuebles.

“Ustedes no recibirán casa porque ya tienen el beneficio”

Minutos después los articuladores políticos convocaron a Rivero, Rojas y Galìdez: “Nos dijeron que no nos podían entregar nuestros apartamentos porque tenemos activado el beneficio de vivienda, por supuesto, las casas de Inavi que compramos y perdimos con la crecida del Lago. Se nos dijo que debíamos desactivar el beneficio y en tres oportunidades hemos ido a Misión Vivienda en Caracas y no nos dan respuesta”.

Pero lo peor estaba por venir. Según Rivero, la representante de Misión Vivienda en Maracay, Deisy Manrique, le informó que para desactivar el beneficio, debían realizar una inspección de las casas que quedaron bajo el Lago.

“El informe de la inspección lo remitirían al ministerio de Vivienda y Hábitat en Caracas para que estudie la posibilidad de desactivación, es decir, la posibilidad, ni siquiera es seguro y mientras tanto ¿qué?… llevamos tres años y cuatro meses esperando para que ahora nos digan que quizás nos dejen por fuera, sin casa, sin nada, en la calle”.

Dispuestas a todo

Las refugiadas aseguraron que están dispuestas a todo por defender su derecho a la vivienda. Con indignación ven como el Estado hasta se burla de Ana Galíndez, quien sufrió un accidente vía al refugio y debe practicarse una operación de la pierna, además, su esposo sufrió una trombosis que lo mantiene en silla de ruedas.

Según las denunciantes, expondrán su caso ante la Asamblea Nacional y de no recibir respuesta inmediata del ministerio, iniciarán una huelga de hambre.