Las aguas servidas en el sector Core 8 de Puerto Ordaz ha favorecido al repunte de enfermedades en la comunidad.
En el sector Core 8 de Puerto Ordaz, vecinos se quejan del constante problema de desbordamiento de aguas servidas en las calles, sin que Hidrobolívar, institución encargada, atienda la situación a pesar de los reiterados llamados de la comunidad. No solo las calles se inundan, también en las casas irrumpen parte del desbordamiento de estas aguas.
Keyla Martínez, habitante del sector Core 8 en Puerto Ordaz, denunció que la respuesta de Hidrobolívar ante la denuncia de la comunidad fue: «Agarren un pico y una pala y háganlo ustedes mismos». Nadie se hace responsable para destapar las tuberías colapsadas por las aguas negras y arena.
Las aguas negras recorren las esquinas y brocales de Core 8, que ya hasta asemejan a unas lagunas de lo inundado que está. Las casas también se inundan, y sus habitantes se ven obligados que cerrar sus propias tuberías. “Hacemos nuestras necesidades y luego las enterramos en el patio”, aseguró Luisa Bello, vecina del sector A de la mencionada comunidad.
No solo las viviendas se ven afectadas, la comunidad aboga por el Colegio Fe y Alegría y el mercado, donde la insalubridad provocada por el desbordamiento de aguas servidas pone en riesgo la salud de los infantes, quienes en ocasiones les toca ver clases fueras de sus aulas por el olor putrefacto que penetra en la institución, mientras que compradores de alimentos corren el riesgo de contraer enfermedades producto de la contaminación en el lugar.
Por esta situación se han reportado casos de niños, jóvenes y adultos con salpullidos, dengue, zika, sarna y chikungunya.
Los reclamos a Hidrobolívar y la alcaldía del municipio Caroní no han cesado, pero la repuesta no ha sido satisfactoria. “Hace un par de semanas vinieron a destapar dos tanquillas, pero por cada calle hay tres boca de visitas”, acota Martínez.
Por otra parte, llama la atención que desde la gobernación de Bolívar fueron aprobados tres millardos de bolívares, destinados a la reparación de las calles. No obstante, hasta ahora no se ha visto el fruto de esa inversión. De continuar con los problemas, la comunidad no descarta la posibilidad de radicalizar sus acciones con trancas de calle, al fin de ser escuchados.