El agua no llega al municipio Santa Rita, ubicado en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, irónicamente tiene el estuario al frente, pero sus habitantes padecen la indolencia de sus gobernantes, quienes al parecer no se acuerdan de los servicios básicos como el agua. Más de 3 mil familias que hacen vida en ese municipio se han declarado en emergencia por esta problemática, y es que el agua hace rato que no sale de los grifos de sus hogares. Las calamidades y necesidades por el vital líquido tienen a más de uno completando el dinero para ver si les alcanza para comprar siquiera una pipa.
Es insostenible que las autoridades con competencia en la materia, como la alcaldía, Hidrolago y la gobernación del Zulia, no den respuestas al caos que se vive en esa ciudad y en medio de la desesperación decidieron trancar las calles como medida de protesta para alzar su voz ante la problemática.
Eugenia Cáceres, habitante de Santa Rita, manifiesta que es insoportable el problema con el agua y que ya no aguantan la situación.
“Estamos desesperados, no nos podemos bañar, no podemos cocinar, nos ponemos la ropa sucia esto es verdaderamente una calamidad, y nadie ofrece respuesta, el alcalde, no dice ni hace nada”, asevera Cáceres.
Entre los sectores más afectados por la crisis con el agua están: Las Salinas, Barrancas, Palmarejo, Punta Iguana, Puerto Escondido, El Mene, Tolosa, El Guanábano. El actual alcalde de Santa Rita, William Pírela, prometió durante su campaña electoral, casi tres años atrás, que en 100 días resolvería el problema con el agua en ese ayuntamiento, pero, al igual que Jesse Chacón la promesa de arreglar los problemas en un centenar de días tampoco se dio y la situación se agrava más.
Ni siquiera se ha cumplido con el mantenimiento de los sistemas de bombeo y por si fuera poco los embalses de Pueblo Nuevo, Burro Negro y Machango, no cuentan con los equipos necesarios, como aducciones, infraestructura y tuberías, para poder enviar el agua a las zonas afectadas, a pesar de que, los recursos le fueron aprobados.
Mientras la obra sigue en veremos, los habitantes permanecerán esperando con 500 bolívares en sus manos para siquiera llenar un tobo con el agua para poder cocinar. Advirtieron que si no les solucionan pronto trancaran las calles nuevamente.