Héctor Luna, presidente de Fedecámaras regional condena el asesinato de Armando Medina, hermano del expresidente del ente empresarial.
“Venezuela vive una guerra civil no declarada y auspiciada por el gobierno nacional”, asegura el presidente de Fedecámaras Anzoátegui Héctor Luna, tras condenar el asesinato de Armando Segundo Medina, hermano del expresidente de Fedecámaras Anzoátegui Luis Medina, ocurrido en horas de la madrugada de este miércoles en la ciudad de El Tigre, estado Anzoátegui.
El dirigente empresarial fustiga el hecho de que el gobierno nacional incentive día a día el odio entre venezolanos, tarea a la cual se ha dedicado durante 17 años, “el gobierno no combate la inseguridad, y su plan es eliminar la disidencia promoviendo el miedo, prácticamente nos han decretado un toque de queda, y la población vive atemorizada dentro de sus propias casas”.
El presidente de Fedecámaras advierte que ante esta situación de inseguridad, al ciudadano no le queda otra alternativa que la protesta pacífica para demandar el respeto a sus derechos constitucionales.
Al referirse al asesinato de Armando Segundo Medina, el presidente de Fedecámaras asevera que éste fue atacado a las puertas de su residencia, por lo que se presume que los delincuentes pretendían ingresar a su hogar, y en un gesto heroico por resguardar la integridad de su familia, los enfrentó con la consecuencia conocida.
Aunque el Correo del Orinoco intentó conocer la versión del expresidente de Fedecámaras Luis Medina acerca del lamentable asesinato de su hermano, el esfuerzo resultó infructuoso, y al momento del cierre de esta nota se había podido contactar a los familiares de la víctima, quienes residen al oeste de la entidad.
Sólo en la calle impulsaremos el cambio
A juicio del presidente de Fedecámaras Anzoátegui sólo la presión ciudadana podrá hacer posible el cumplimiento de la norma constitucional y el cambio político que el país demanda, en democracia.
Anuncia que será entregado ante el órgano comicial regional un documento de seis folios donde están contenidas las exigencias de la coalición democrática, entre ellas, el respeto a la decisión de más de dos millones de personas que ofrendaron su rúbrica por el cambio.