Aprecios justos -unque este martes entró en vigencia la reforma a la Ley de Precios Justos, los revendedores se la saltan y venden los productos escasos muy por encima de su valor.

Lavar la ropa o limpiar la casa es otra odisea para los guayaneses, no solo por lo que implica esa labor del hogar, sino por lo que cuesta conseguir los productos. Comprar jabón o detergente a “precios justos” significa largas horas de cola y si con suerte ese día están vendiendo estos artículos, la segunda opción es recurrir a los revendedores y pagar veces más su valor.

Carmen Calzadilla tuvo suerte.

“En la tarde fui al Santo Tomé de Los Olivos (supermercado en Puerto Ordaz) a ver qué había, y logré comprar dos bolsas de ACE (detergente) y dos panelas de jabón azul… cada jabón me costó ocho bolívares, pero afuera una bachaquera me estaba vendiendo uno en 200 bolívares”.

Ciertamente, el precio justo que marca la panela de jabón azul, utilizado para lavar ropa o para higiene personal, es de Bs. 8.68, mientras que revendedores ofrecen el mismo producto hasta 23 veces más por encima del precio regulado. Lo más grave, es que la reventa la hacen incluso a las afueras del supermercado.

“Una vez compré un kilo de detergente a Bs.700, ya lo están vendiendo a Bs.900, y el precio real de ese producto es de Bs.32.65”, dijo Rafael Rivas. En este caso, la diferencia entre precios es de 27 veces más.

Opciones

Algunos locales en Puerto Ordaz y San Félix ofrecen con regularidad productos de limpieza, pero no regulados, en algunos casos los artículos son importados y de otra marca, por cuanto no están sujetos a la regulación.

“En el Centro Comercial Gran Sabana, en Puerto Ordaz, hay una tienda que siempre tiene cloro y detergente, pero es caro”, comenta Rivas. Sin embargo, los precios resultan más asequibles que los de los llamados “bachaqueros”.

La tienda Cibus, por ejemplo, ubicada en el Centro Comercial Costa Atlántica de Puerto Ordaz, suele ofrecer estos productos. El detergente líquido de 3.7 litros cuesta Bs. 490, aunque es otra marca, resulta tres veces más caro que el detergente común y que no se consigue.