precios justos  Producir un cartón de huevos cuesta de 900 a 950 Bs. y el gobierno obliga a comerciantes a vender con los precios justos a 420 Bs. Lo que llevó a un inminente quiebra a productores que cierran su negocio.

 

“No somos ladrones, ni especuladores y si no vendemos con los precios justos que dice el gobierno, nos pueden poner hasta 8 años de cárcel. No tenemos forma de salir de la quiebra tan abominable que nos pone el gobierno, por eso vendimos todo, los huevos y también las gallinas que los ponían”.

Eso afirmaba con mucho sentimiento Ángel Colmenares de la Agropecuaria El Junco, en Táriba, municipio Cárdenas del Táchira, cuando despachaba todo: gallina junto a los huevos en mil bolívares. Al final de día, ya metía dos gallinas en vez de una, tratando de salir de sus productos. Al tiempo aseguraba, que los productores no tienen como sostener la producción porque no hay alimentos para las aves.

“Se van a acabar las gallinas y también los huevos. Nos obligan a vender a 420, pero la otra semana estarán en 2 mil porque no habrán, como ha pasado con todo”.

Entre gritos y cacareos

Ángel Colmenares cuenta –en medio de la gritería de la gente y el cacareo de gallinas- que hace casi 40 años su abuelo creó la agropecuaria, trabajó su papá, su tío y ahora él.

“Producir cada cartón de huevos cuesta en Venezuela 900 a 950 bolívares. El gobierno ordena vender a 420 Bs. Por eso quebramos, y estamos hoy vendiendo los huevos a costo, 1000 Bs., y regalamos la gallina. Pero ya no podremos producir más, ni venderle a la gente”.

Frente a su comercio, cientos de personas esperaban y casi suplicaban por una gallina y un cartón de huevos, temerosos, tal vez, que se acabaran sin que pudieran tomar un combo.

La gente cree que con los huevos pasará igual que con muchos productos que el gobierno decidió ponerle precios justos,  obligando a vender al costo que ellos estiman, sin siquiera mostrar un estudio de costos de producción, para fijar sus precios. Así pasó con la leche, productos de higiene personal, las caraotas y hasta el básico papel higiénico, entre otras decenas de rubros que se fueron extinguiendo del comercio formal.

Esos productos regulados desaparecen como por arte de magia de los anaqueles, se despachan en el mercado negro de los “bachaqueros”, a precios inalcanzables para la mayoría venezolana.