Ganaderos justifican el elevado precio de la carne a la hiperinflación en Venezuela, que complica la producción.
El pasado lunes, una comisión de la Guardia Nacional y la Sundde obligaron a distribuidores del Matadero Municipal de Piar, estado Bolívar, a fijar el precio de la carne a 15 mil 500 bolívares, para que carniceros la vendieran en 22 mil 500 bolívares, alegando el 30% de ganancias. La Asociación de Ganaderos de Upata denuncia que el cálculo está totalmente desfasado, pues no se incluyen los gastos en tratamiento y producción agropecuaria.
La Asociación asegura que la crisis de los productores agropecuarios ha llegado al punto que el 100% de las carnicerías en Upata están abiertas, pero sin carne para vender.
«El precio de la carne no puede ser regulada porque no recibimos productos regulados. Los ganaderos no somos enemigos de la población, si el precio de la carne está a un costo que no pueden cubrir los consumidores es por la hiperinflación en Venezuela», argumentó Patricia García, presidenta de la Asociación de Ganaderos en Piar.
Es por ello que piden el apoyo del Gobierno, para el otorgamiento de créditos ampliados a 20 años. Calculan que en lapso de dos años podrían recuperar la producción de la carne, leche y productos derivados. Insisten que aún con el elevado precio de la carne con que venden, llevan más de 10 años trabajando a pérdida.
Entre los gastos que requieren, además de las vacunas para el tratamiento del ganado, mencionan, por ejemplo: un cuchillo de carnicería que cuesta alrededor de 600 mil bolívares, una hoja de sierra: 350 mil bolívares, un kilo de gas: 500 mil bolívares, y una unidad congeladora sale en más de 40 millones de bolívares.
Aproximadamente 100 trabajadores del Matadero de Piar se han visto afectados, porque si no hay producción, no hay dinero para el pago. En otras ciudades el descontento con respecto al precio de la carne ha crecido aceleradamente.