Tres cráneos humanos hallados con marcas rituales acaban de arrojar algo de luz en las prácticas religiosas en Göbekli Tepe, una enigmática construcción megalítica considerada el primer templo religioso que se conoce.
El hallazgo de tres cráneos humanos fue en un recinto religioso erigido hace 11 mil 500 años en el sureste de Turquía, la edificación tiene varias estancias circulares con dos grandes pilares en el centro que representan figuras humanas rodeadas por otras de menor tamaño, todas mirando hacia el interior del círculo.
Los pilares están decorados con animales amenazadores como leones, zorros y escorpiones. Sus constructores fueron cazadores y recolectores nómadas que, por razones totalmente desconocidas, decidieron establecerse en este lugar y levantar los templos, con pilares que alcanzan los cinco metros y pesan unas seis toneladas. No se sabe cómo lo hicieron, pero hasta ahora no se han encontrado rastros de viviendas ni tumbas en los alrededores, ni ningún rastro de animales domésticos o cultivos.
“Estos cazadores estaban en una época de transición, se asentaron aquí cuando aún no se había inventado la agricultura”
“Este yacimiento es tan importante porque nos muestra los símbolos, las imágenes y la arquitectura del primer edificio monumental construido por el hombre y nos permite intentar comprender su visión del mundo”, explica Lee Clare, coordinador de las excavaciones en Göbekli Tepe.
El equipo de Clare ha encontrado fragmentos de tres cráneos humanos con hendiduras profundas y un agujero abiertos en el hueso con herramientas de piedra. Las marcas fueron hechas poco después de la muerte y posiblemente servían para pasar cuerdas para sostener las mandíbulas. El agujero permitía colgar los cráneos como “decoración ritual”.
En un estudio publicado por Science Advances, Clare mantiene junto a dos de sus colegas en el Instituto de Arqueología de Alemania que este tipo de uso ritual de los cadáveres es similar al de otros yacimientos Neolíticos donde se exhibían los restos de personas prominentes o de enemigos poderosos y que los antropólogos conocen como “culto de la calavera”, aunque el de Göbekli Tepe presenta características únicas.
Klaus Schmidt, el arqueólogo que descubrió el yacimiento en 1995 y que dirigió las excavaciones hasta poco antes de su muerte en 2014, mantenía que Göbekli Tepe era una catedral primitiva a la que las tribus nómadas peregrinaban desde decenas o cientos de kilómetros a la redonda para realizar rituales.
Su opinión era que este templo era la prueba de que la religión surgió antes de las primeras sociedades organizadas en torno al poder militar y religioso.
Para Clare, el culto en Göbekli Tepe “no era una religión propiamente dicha, porque esto requiere una estructura y una sociedad con clases que aún no existía en aquel momento”, aunque sí pudo ser el germen de una sociedad compleja.
“Construir este lugar requirió un importante trabajo comunal y después sirvió como un punto de encuentro donde posiblemente la gente intercambiaba información, conocimiento o incluso resolvía sus conflictos de forma pacífica. Probablemente no estamos solo ante el primer templo del mundo, sino también ante el primer lugar social”, añade.
Hace 8 mil años, Göbekli Tepe fue abandonado y posiblemente enterrado hasta formar una colina. En 1995 Schmidt descubrió el templo y comenzó la excavación, que lleva ya en marcha más de dos décadas. En 2008 el arqueólogo dijo que probablemente solo se ha descubierto el 5% de todas las construcciones existentes. Hay trabajo para 50 años más, contó tras el hallazgo de los cráneos humanos.