Cassini llevó la sonda Huygens hasta Saturno, donde se separó y viajó durante 20 días hasta descender sobre la mayor luna saturniana.
Bajo el evocador nombre de “Grand Finale”, la última misión de la Cassini llevará a la sonda a ser el primer artefacto creado por el ser humano en adentrarse en la atmósfera de un planeta sobre el que ha estado orbitando desde el 30 de junio de 2004.
El propósito de este viaje suicida es doble, según explica la propia NASA, ya que su destrucción permitirá, por un lado, conseguir datos únicos que no sería posible obtener de otra manera y, por otro, evitar que sus restos pudieran contaminar futuros estudios de las lunas de Saturno.
El servicio a la ciencia de esta sonda, que fue lanzada al espacio el 15 de octubre de 1997, ha sido notable desde su privilegiada posición, orbitando entre Saturno y sus anillos.
En su viaje, además, Cassini llevó la sonda Huygens hasta Saturno, donde se separó y viajó durante 20 días hasta descender sobre la mayor luna saturniana, Titán, en la que se posó en enero de 2005, convirtiéndose así en la primera sonda espacial que aterrizaba sobre un planeta del Sistema Solar.
Se estima que la inmensa cantidad de información compilada por la nave sobre el planeta, su magnetosfera, sus anillos y sus lunas permitirá a los investigadores continuar realizando descubrimientos muchos años después de su desaparición.
A estos datos habrá que añadir los que previsiblemente se obtengan este 15 de septiembre, en torno a las 14.00 hora GMT, la nave se desintegre por completo. De esta manera, la Cassini trabajará hasta su último aliento, y todos sus instrumentos y su equipo de transmisión estarán conectados hasta el final. Una hora más tarde, la NASA recibirá los últimos datos de la misión y la señal desaparecerá.
Esa será la indicación de que la misión ha concluido con éxito, de que la sonda Cassini se ha desintegrado en el espacio, convertida en un resplandeciente meteorito.
Cassini descubre un océano en la luna de Encélado
Entre sus principales hallazgos, la agencia espacial destaca el descubrimiento en 2014 de un océano subsuperficial en la luna de Encélado y la presencia de metano líquido en la de Titán.
Precisamente, estas dos lunas de Saturno, que le han valido a la Cassini sus mayores reconocimientos, son la gran preocupación de la NASA y el principal motivo por el que la sonda se desintegrará en un momento en que su combustible ya escasea. A raíz de los descubrimientos de la Cassini, la agencia espacial estadounidense llegó a la conclusión de que estos dos satélites podrían albergar ambientes habitables.
Después de haber visto extendida su misión en dos ocasiones, la sonda comenzó el pasado mes de abril su gran final, con el fin de consumir la mayor cantidad posible de combustible y de obtener los últimos datos.
Durante estos últimos meses, la Cassini ha estado orbitando a través de los aproximadamente 2.000 kilómetros que separan a Saturno de sus lunas, con el fin de obtener sus últimos datos.