El Picure y otras 10 megabandas son la amenaza real a la estabilidad política y social de Venezuela.
El Picure
desnudó la realidad en Venezuela: dejó al descubierto el control de las megabandas criminales sobre el Gobierno de Nicolás Maduro.
Desde su aparición en el 2008 en la palestra delictiva venezolana, la banda de El Picure mantuvo bajo asedio a cuanto productor agropecuario se asentaba al sur de Aragua y Guárico, el cobro de “vacunas” o fuertes sumas de dinero para asegurarles una especie de “protección”, se enquistó como parte de una realidad que mantenía en zozobra y en jaque a los encargados de la producción de alimentos en el país.
Bastaron 8 años de andanzas, asesinatos, secuestros para que las autoridades venezolanas pusieran fin a la vida delictiva del máximo líder de la banda, José Antonio Tovar Colina, alias El Picure, sin embargo; la historia no concluye allí.
Para Fermín Mármol García, experto criminalista, al menos unas 10 organizaciones delictivas o megabandas, operan en el país y tienen el control en distintos puntos de la nación. Mármol García rechazó la actuación tardía del Gobierno nacional en poner freno a las organizaciones que mantienen azotados sobre todo a productores mediante el pago de vacunas.
«Por lo menos hay unas 10 megabandas criminales en el país que están albergando más de 80 individuos con armas cortas y armas largas y que están albergando artefactos explosivos y granadas,», dijo el criminalista ante la muerte de José Antonio Tovar Colina, alias El Picure y el gran despliegue de organismos de seguridad para dar con su paradero.
Más aún, después de muerto mantuvo militarizada la morgue de Bello Monte, donde fue trasladado el cadáver vía aérea después de conocerse su deceso en la población de El Sombrero, en Guárico. La militarización se mantiene en El Sombrero, donde fue remitido finalmente el cadáver para la sepultura inmediata pues no será velado por razones de seguridad.
Mármol García destaca que es el mejor momento para atacar a la organización delictiva para asegurar su completa desarticulación. Dijo que la banda El Picure está fracturada, lo que da una especie de respiro a la población que desde hace casi dos décadas se enfrenta a una crisis social que se agrava en seguridad ciudadana, lo que consideró como un rotundo fracaso del Gobierno nacional sobre esa materia.
La tesis de Mármol García se comprueba en el informe anual del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal (CCSPJP), una ONG mexicana que determinó que Caracas fue la ciudad con más homicidios en el mundo en 2015, con una tasa de 119,87 homicidios por cada 100.000 habitantes, cuando en 2014 se registraron 115,98.
Las cifras no son oficiales, destaca el informe de la ONG, porque el gobierno de Venezuela dejó de publicarlas en el 2013.
Megabandas amenazan estabilidad política en Venezuela
La organización Observatorio de Delito Organizado y Paz Activa reveló que el crecimiento de las llamadas megabandas o grupos de delincuencia organizada, se erigen como una amenaza real a la estabilidad política y social de nuestro país.
Según el concepto de la organización, la diferencia de las megabandas en relación con otros grupos delictivos es principalmente la cantidad de hombres que la integran y el poder de fuego con el que cuentan, pues al hablar de una “megabanda”, se habla de una organización con más de 60 miembros y que entre sus arsenales cuentan con armas de guerra: fusiles AK47, AR15 y explosivos.
Luis Cedeño, sociólogo director de Paz Activa y del Observatorio de Delito Organizado asegura que el hecho de que haya muerto El Picure, no quiere decir que desaparezca la organización delictiva, pues probablemente exista un relevo en cuanto al liderazgo porque son estructuras creadas a largo plazo.
“A lo largo del tiempo se ha generado una alianza y una estructura organizativa entre las bandas del país, que garantizan su supervivencia. Las Fuerzas Armadas se han conseguido con pequeñas milicias muy bien organizadas y con un poder de fuego que representan un contrapeso a las fuerzas regulares, cuentan con recursos humanos y financieros para mantener unidades operativas de alta movilidad y flexibilidad en su desempeño que las hacen polivalentes en los diversos escenarios en que operan; desde un secuestro, hasta un asalto a una comisaría o punto de control militar con gran eficacia”, resalta Cedeño en el trabajo publicado desde el portal www.observatoriodot.org.ve.
Toques de queda antes eran exclusivos del Gobierno
Los toques de queda anteriormente eran una expresión que demostraba el monopolio de la fuerza reservado exclusivamente al Estado a través de la institución castrense. Hoy por hoy las Megabandas decretan toques de queda que deben ser acatados por comunidades enteras.El Observatorio de Delito Organizado y Paz Activa reseña un trabajo realizado por el periodista Javier Ignacio Mayorca, sobre los toques de queda que se registraron en Venezuela en febrero de 1989 tras el “Caracazo” y luego de las intentonas golpistas de febrero y noviembre de 1992. También hubo toque de queda posterior a los sucesos del 11 de abril de 2002.
“En todos estos casos, fueron ordenados por el Presidente de la República y ejecutados por el ministerio de la Defensa. Sin embargo, los de 2016 (En Tumeremo y Maracay – 4 febrero 2016) fueron implantados por organizaciones delictivas y se cumplieron”, precisa Mayorca.
En efecto, en Maracay el líder de la banda delictiva “Chino Pedrera”, José Gabriel Álvarez Rojas, decretó un toque de queda en la zona norte de Maracay donde su organización mantenía el control. “Chino Pedrera”, quien pertenecía a la megabanda El Tren de Aragua, fue asesinado a tiros el 23 de febrero dentro de una vivienda del urbanismo Santa Bárbara del sector Aragüita, en Guacara, estado Carabobo.
Dos semanas antes de su muerte, el 4 de febrero, la banda del «Chino Pedrera» ordenó a los comerciantes de la zona norte de Maracay, no abrir sus negocios y de igual manera ordenó la paralización del transporte público. De no acatar el toque de queda, los dueños de negocios debían atenerse a las consecuencias.
La zona norte de Maracay amaneció paralizada por completo, luego de que la advertencia llegara a través de comunicados que miembros de la banda se encargaron de pegar en las puertas de comercios y viviendas la noche anterior. Ni siquiera hubo actividad escolar, el toque de queda se cumplió. ¿El motivo? El duelo obligado ante la muerte de quien fuera su mano derecha, Emilio José Rojas Madriz, a manos del Cicpc.
Insurgencias criminales desafían al Estado
El periodista Javier Ignacio Mayorca también destaca un artículo de John P. Sullivan, articulista del Small Wars Journal en el que señala que las insurgencias criminales “desafían al Estado generando violencia criminal de alta intensidad que erosiona la legitimidad y la solvencia de las instituciones”. Sullivan establece cuatro fases o niveles de estos procesos que comienzan como insurgencias locales, intentan instaurar un Estado paralelo, combaten al Estado y por último, generan la implosión estatal.
Javier Ignacio Mayorca se pregunta: ¿En qué fase de este proceso se encuentra Venezuela? ¿Dónde están y quiénes son los principales actores de esta “insurgencia criminal”?
El director de Paz Activa y del Observatorio de Delito Organizado concluye que es fundamental un accionar firme en contra de las megabandas pero con respeto a sus Derechos Humanos. Las FANB se declaran en guerra contra un enemigo interno, donde el objetivo que se traza es la eliminación física del mismo. Es una política de mano dura, que aunque sea aplaudida por algunos y genere réditos políticos, establece un peligroso precedente para futuros planes de seguridad ciudadana.
Megabandas en Venezuela: ¿de dónde salen las armas?
En Aragua opera una megabanda, identificada como “El Juvenal”, también al sur de la entidad, con no menos de 30 hombres en la organización. Han tomado fuerza tanto en materia logística como en capacidad de fuego.
Pero también el llamado Tren de Aragua que opera en la región central o el Tren del Pacífico y Tren del Norte, con áreas de acción en el oriente y occidente del país, son parte de las megabandas que mantienen el control mediante secuestros, tráfico de drogas, homicidios y extorsión. Son controladas desde las cárceles, como el caso Tren de Aragua liderada por “Niño Guerrero”, pran de Tocorón.
En cualquiera de los casos, la historia se repite. Los líderes de las organizaciones criminales gozan del aprecio absoluto en sus comunidades, pues en una suerte de Robin Hood, mantienen la “paz” en su radio de acción, proveen de alimentos a los moradores y organizan hasta fiestas infantiles con el dinero producto de la acción delictiva.
De acuerdo con el concepto de megabanda que establece el Observatorio de Delito Organizado, las organizaciones portan armas de guerra que solo son de uso exclusivo de la Fuerza Armada. ¿De dónde salen las armas en manos de estas organizaciones delictivas?, es la pregunta que reina entre quienes habitan la patria donde los planes de seguridad evidentemente o muy inteligentemente han fracasado. El Picure desnudó la realidad en Venezuela y dejó al descubierto el control de las megabandas criminales sobre el gobierno de Nicolás Maduro.