Algunas peluquerías en Caracas funcionan como centros clandestinos de venta de productos de aseo personal como desodorante, champú y jabón.
La escasez de productos básicos ha dado origen a una nueva actividad comercial en Venezuela: el bachaqueo, que no es más que la reventa con precios elevados y en Caracas, quienes se dedican a esta actividad utilizan en algunos casos sus lugares de trabajo formal, como peluquerías, para distribuir los productos.
María (nombre cambiado para proteger la identidad de la entrevistada) se dedica a hacer manicure y pedicure en una peluquería en Caracas, pero desde hace tres meses consiguió una nueva fuente de ingresos: revender productos. Asegura que le genera mucha más ganancia que su trabajo formal.
«Yo con esto me rebusco y me dobla la quincena».
Un desodorante que a precio regulado cuesta 50 bolívares, ella lo vende en Bs. 200. Sin embargo, explica que para conseguirlo debe hacer cola todos los martes desde las 4 de la mañana en un Farmatodo. Ese mismo día, cuando le corresponde comprar por su terminal de número de cédula, recorre varios automercados de la ciudad y se abastece de mercancía para la semana.
Para ella, la peluquería es el lugar perfecto para vender estos productos, ya que las mujeres «andan como locas buscando champú, acondicionador y desodorantes». Ella los tiene todos, hasta de algunas marcas que ya no se ven en el mercado.
Pero no es la única que realiza esta actividad. En la peluquería donde trabaja hay cinco mujeres más que se dedican a lo mismo. Cuando una no tiene lo que alguna cliente pide, otra lo consigue.
En la zona, la peluquería es conocida. No tanto por su buen trabajo en estilismo, sino por ser un centro clandestino de distribución de productos de aseo personal.