Yenely Ascanio tiene 3 niñas, su esposo es albañil y sufrió un accidente cuando trabajaba en el programa Barrio Tricolor asegura que su familia está pasando hambre.
El miedo va quedándose a un lado cuando una madre venezolana siente el rugir del estómago de sus tres hijas que no han comido, dice con voz triste que su familia está pasando hambre. El último año ha sido el mas terrible para la familia de Yenely, quien tiene tres niñas pequeñas con las viven en un rancho de un barrio de Los Teques, específicamente en Colinas de El Paso.
Es el mismo barrio donde en octubre del año pasado, su esposo trabajaba en el programa del gobierno de Nicolás Maduro Barrio Tricolor como albañil. Cumpliendo su trabajo sufrió un accidente por el uso de un andamio improvisado que tuvo que utilizar por la falta de equipos y el resultado fue seis fracturas distribuidas en costillas, piernas y brazos, la suspensión de paga sin derecho a reclamo y total silencio ante la necesidad urgente de operaciones que lo han dejado sin poder trabajar lo que sabe, la albañilería.
Recuerda Yenely que a pesar de vivir en un rancho en sus navidades siempre tuvo el estreno y los regalos para sus hijas. El año pasado nada hubo pues su esposo permaneció en cama y el ingreso familiar mermó.
La necesidad la llevó a trabajar como peluquera en un centro comercial pero la delincuencia le robó su maletín de trabajo con todos los implementos. Ahora trabaja en su casa secando el cabello a vecinas y así se ayuda para comer y obtiene cerca de 4 o 5 mil bolívares.
“Ahorita comemos es puro pan porque tengo una prima que trabaja en un supermercado y me guarda. Lo que gano se va en comida. Antes me calaba mis colas, ahora no. El último día hice una cola desde el día anterior y lo que traje fue 2 harinas”.
Un triste regreso a clases
Yenely manifiesta que no quiere pensar en el inicio del año escolar. Una de sus hijas repetirá segundo grado pues no pudo mandarla a la escuela durante 4 meses. Confía en que el uniforme de la mayor le quede a la hija que comenzará en primer grado, aunque todavía no ha inscrito a ninguna en la escuela, espera hacerlo el 15 de septiembre.
A sus 26 años no tiene sueños. Tiene preocupaciones. La primera lograr comida para su familia. Su esposo no podrá nunca mas trabajar la albañilería que era su modo de sustento. Ella solo logró estudiar como Técnico Medio en contabilidad y asegura que en las empresas buscan Técnicos Universitarios.
Ha hecho varios cursos de estética, entre maquillaje, cepillado de cabello y manicure sin embargo en su barrio son muy pocas las mujeres que aún disponen algo para su belleza. Cree que Venezuela necesita un cambio de gobierno.