El hambre en Venezuela continúa atacando a sus habitantes, sin embargo, organizaciones toman la delantera ante la situación para llevar comida a los más necesitados.
Las cifras del hambre en Venezuela son sumamente aterradoras pues la escasez de alimentos y medicamentos supera el 80% y, al menos, el 52% de los venezolanos come solo dos veces al día, además, que el consumo calórico de la población bajó de 2 mil 500 a mil 780; mientras que de los 10 a 20 kilogramos de carne animal que un ciudadano promedio debe consumir al año, al final del 2016 la cifra bajará a seis kilos.
Reconocer el hambre en Venezuela y abocarse a concretar soluciones es la clave de la fundación Maracaibo Irreverente, quienes desarrollan jornadas de Comedores de Cooperación Solidaria para niños de los barrios más desasistidos de la ciudad de Maracaibo.
Más de 150 impulsores sociales de esta fundación forman parte de estos comedores que involucra el esfuerzo y apoyo de médicos, empresarios, pero sobre todo de la comunidad en general para contrarrestar el número de casos con niños en desnutrición por la falta de alimentos.
Víctor Ruz, presidente de la fundación Maracaibo Irreverente precisa que mil 200 niños reciben el beneficio, y que la idea surge como respuesta a la actual situación infantil del país, pero, que a pesar de que la iniciativa no soluciona el problema del hambre en Venezuela, merma los niveles de hambre en algunas comunidades.
“Estamos seguros que con este granito de arena lograremos que una importante cantidad de niños tengan asegurada al menos una comida al día”, manifiesta Ruz.
Estos Comedores de Cooperación Solidaria, no sólo distribuyen comida, sino que además incluyen actividades médicas, deportivas y de entretenimiento, ya que a los niños se les practican exámenes cardiovasculares, asesoría nutricional, atención odontológica y actividades para la promoción y el rescate de valores.
Un amplio despliegue de médicos cirujanos y de los estudiantes de los últimos años de odontología, nutrición y medicina forman también parte de este proyecto, que lleva atención no sólo a los pequeños sino jornadas especiales a las diferentes comunidades beneficiadas.
Mariano Dávila, coordinador de medicina de estos comedores, explica que a los pequeños se les hace un seguimiento integral, enmarcado en salud general y bucal, con apoyo en tareas dirigidas de formación para la defensa de sus derechos infantiles.
“Creemos fielmente en el futuro de Venezuela y en el sueño de los niños, nuestro mejor pago es verles la sonrisa en el rostro. Con esto no estamos solucionando la crisis del país, pero queremos aportar una ayuda en lo que nuestra sociedad necesita, y sobre todo con la razón por la cual nos formamos, para brindar salud”, manifiesta Dávila.
Beneficiados y colaboradores dan las gracias
Betty Perdomo, habitante de una de las comunidades beneficiadas por los Comedores de Cooperación Solidaria, aplaude la atención brindada a los niños de su barrio ya que ve en cada uno de ellos a un nieto, pues en la actualidad se encuentra sola en el país, ya que sus hijos han emigrado de Venezuela en búsqueda de mejores oportunidades.
«Acá hay muchos niños necesitados y con hambre”
“Desde que comenzaron con esta ayuda yo me emocioné y he estado colaborando en la preparación de los alimentos porque en este barrio no hay color político, lo que hay es una comunidad como muchas necesidades, necesitamos que estos niños tengan oportunidades para que no dejen el país en un futuro”, sentencia Perdomo.
¿De dónde sale la comida para estos comedores?
Parte de la materia prima para la elaboración de la comida es donada por diferentes establecimientos cercanos a las diversas zonas, como panaderías y abastos pertenecientes a la Unión Empresarial del Comercio y los Servicios del Estado Zulia (UCEZ).
Carlos Suárez, directivo de la UCEZ considera que este tipo de iniciativa debe ser parte de la responsabilidad empresarial para la atención a las comunidades, por lo que exhortó al sector privado a sumarse a esta noble causa
«Esto es parte de lo mucho que hace falta para sacar adelante nuestro país, vamos a dar nuestro mayor aporte para que este proyecto continúe en el tiempo y puedan ser atendidos todos los casos, además para la construcción del primer comedor», sentencia Suárez.
Potazos para impulsar los Comedores de Cooperación Solidaria
Esta fundación sale a la calle a realizar diversos potazos con el fin de recaudar fondos para adquirir parte de la comida restante, además de beneficiar por lo menos a 30 familias de cada parroquia marabina con la dotación de alimentos por tiempo determinado.
En la actualidad la fundación trabaja para concretar el plan piloto de la construcción del primer comedor al noroeste de Maracaibo para brindar una seguridad relativa a 300 niños con un almuerzo diariamente, además que en las próximas fechas la fundación realizará una recolecta de útiles escolares y uniformes para ayudar a los pequeños beneficiados en su regreso a clases.