Debido a la grave crisis humanitaria, el abastecimiento de medicamentos para tratar pacientes reumáticos en Venezuela es intermitente.
Tareas sencillas como peinarse, arroparse o incluso sentarse, se han convertido en una tortura para los pacientes reumáticos en Venezuela desde hace unos tres años, cuando sus medicamentos empezaron a escasear. Actualmente 12 medicamentos que distribuye la Farmacia de Alto Costo del Instituto Venezolano de Seguros Sociales para tratar esa condición, no están a la disposición, ante esta situación personas afectadas agrupadas en la Fundación Venezolana de Enfermedades Reumáticas y en la Asociación Civil Yo Reumático, emitieron un comunicado dirigido al presidente Nicolás Maduro, a la ministra de salud, Antonieta Caporale, el presidente del Instituto Venezolano de Seguros Sociales Carlos Rotondaro y el defensor del pueblo Tarek William Saab, para denunciar la grave escasez a la que están sometidos.
El texto indica que actualmente están escasos los siguientes fármacos: metrotexate, prednisona, solumedrol, deflazacort, plaquinol, azulfidine, leflunomide, sulfalacina, adalimumab, azatriopina, rituximab y tocilizumab.
También denunciaron las limitaciones para tratar estos trastornos ya que no hay reactivos para hacer control hasta la interrupción constante del protocolo médico, explicaron que las consecuencias son destrucción articular, dolores, incapacidad laboral, ansiedad y depresión, y el riesgo de morir que es hasta 2,8 veces mayor que en la población general de pacientes con condiciones inflamatorias constantes.
En ese sentido, al menos 300 mil pacientes reumáticos en Venezuela sufren las graves consecuencias de la escasez de fármacos. Asimismo existen 100 trastornos que afectan las articulaciones, los huesos y los músculos, y algunos pueden atacar otros órganos.
La reumatólogo Verónica Crespo explicó que las enfermedades más comunes son artritis reumática, fibromialgia, lupus eritematoso sistémico y esclerodermia. Acota que uno de los padecimientos más comunes es la artritis reumatoidea que comienza entre los 20 y 30 años de edad, y puede limitar a la persona en sus años productivos. Agrega, además, que desde hace 18 años existen terapias biológicas que en estos momentos tampoco son accesibles en Venezuela.
“Estas terapias han tenido excelentes resultados en el país, pero en los últimos dos años hay fallas y eso repercute en el retroceso en la salud del paciente y en la actividad de la enfermedad”, precisa la especialista.
Los pacientes han tenido que disminuir dosis o aumentar los intervalos entre la ingesta de los medicamentos para evitar que se les termine el tratamiento. “Podemos aguantar el dolor, pero cómo podemos tener una vida con bienestar en estas condiciones”, expresó Melitza Valles, vicepresidente de Fundación Venezolana de Enfermedades Reumáticas y paciente reumática.
En el comunicado enviado al jefe del Estado los pacientes aseguran que han tenido que recurrir a fármacos esteroideos distribuidos con fines veterinarios para paliar los dolores: “Ante esta ausencia de tratamiento encontramos que las alternativas que ofrecen las autoridades de salud no son adecuadas. Cada vez más los pacientes presentan más crisis de su enfermedad que los ponen en riesgo de sufrir un daño de manera irreversible en los órganos”, aseveró Valles.