Familiares de niños con cáncer recluidos en el hospital Rafael Guevara de Barcelona, recurren a la protesta y advierten que en Venezuela están librando una doble batalla contra la muerte.
Una doble batalla contra la muerte, libran familiares de unos 22 niños con cáncer, recluidos en el hospital oncológico infantil Rafael Guevara de Barcelona, uno de los centros más desasistidos en Venezuela.
Para quienes viven la zozobra de no contar con los medicamentos e insumos necesarios para enfrentar la enfermedad, cada día es de zozobra “el cáncer no espera”, se lee en una cartulina.
“Muchas veces nos desesperamos al ver que los días y los meses pasan, sin que se tomen medidas y la salud de nuestros pequeños se sigue deteriorando, comentó Carmen Quijada.
En el hospital Rafael Guevara las carencias son compartidas con personas llegadas de otras entidades. Es el caso de la señora Quijada, quien procede del vecino estado insular, Nueva Esparta. En su caso, su pequeña nieta de 5 años, es paciente oncológica desde septiembre de 2015, fecha a partir de la cual comenzó el via crucis de la familia.
Ante el drama que viven por la falta de medicamentos e insumos, las madres de los pequeños han optado por la protesta pacífica a fin de sensibilizar al gobierno. Claman porque los organismos internacionales envíen ayuda humanitaria al país, porque advierten que los infantes están siendo condenados a muerte.
Señalan que en el hospital existen 22 camas, pero en ocasiones, hay muchos más pacientes, los cuales no son recluidos en el área de oncología, sino en otras, donde están expuestos a contaminación.
Afirman que carecen de todo: “Muchas veces tenemos que salir a zanquear de farmacia en farmacia en busca de solución 0.45 (hiposalino)de uso indispensable cuando los niños son sometidos a tratamiento de quimioterapia” dice Quijada.
Precisan que no hay agujas, ni yelcos, tampoco se les suministra una alimentación adecuada. Según la diputada de la Asamblea Nacional, Oneida Guaipe, la falta de insumos en la cocina, obliga a las madres a tener que dar frituras compradas en la calle, como empanadas o pastelitos.
Los familiares de los niños advierten que continuarán protestando pacíficamente, hasta lograr acciones y no simples promesas por parte de las autoridades de salud y del propio Gobierno nacional.