Niños con autismo están forzados a saltar su régimen alimenticio libre de gluten por escasez y altos precios. Padres hacen peripecias para procurarles bienestar.
La crisis existente en Venezuela no discrimina y tanto es así que niños con autismo y otras condiciones especiales como asperger por ejemplo, son forzados a saltar el régimen alimenticio que deben seguir, libre de gluten y caseína, no solo por su alto costo, sino porque no se consiguen, dado que la gran mayoría son importados.
Adriana Méndez asegura que comprar los alimentos libres de gluten para su pequeño de cinco años es cada vez más complicado.
«A veces me las ingenio y preparo harina de yuca y de papa para elaborar arepitas porque se pusieron carisimas, pero no es fácil porque se requiere de tiempo y dedicación», afirma la joven madre, quien alterna este rol con el de abogada.
Observa que lo más complicado es preparar los postres, porque no pueden contener gluten y tampoco azúcar. «En mi caso el niño es adicto al chocolate y he tenido que ponerme creativa para prepararle tortas de chocolate, pero sin harina de trigo, sin chocolate y sin azúcar».
La experiencia de Adriana, no es distinta a la de otras madres que frente a las circunstancias han tenido que capacitarse en cocina libre de gluten y casína.
Si para la población que puede comer todo tipo de alimento, resulta difícil acceder a la dieta básica, imaginemos lo que está pasando entre quienes deben seguir un régimen especial por motivos de salud como es el caso que nos ocupa, referido a niños con autismo o asperger.
Marisol Molero dirige el Centro de Atención a Personas con Autismo CAPA y especialista en atención a personas con esa condición.
Marisol es madre de un joven profesional con autismo y en su empeño por apoyarlo, no ha escatimado en prepararse cada día no solo para respaldar a su propio hijo, sino también a otros personas con su misma condición.
Ella más que nadie sabe, cuáles son las vicisitudes que en estos tiempos de crisis vive una familia para alimentar a sus miembros, mucho más si algunos de ellos requiere un régimen especial. Basada en su propia experiencia pero además en estudios, señala que está comprobado el efecto negativo que sobre niños o cualquier persona autista o asperger, tiene una alimentación inadecuada.
El gluten: un veneno para niños autistas
«Al consumir alimentos con gluten o caseína al poco tiempo están o muy alterados o muy lentos, porque su sistema biológico no está capacitado para digerir las proteínas de esos elementos».
Afirma que por lo general, estas personas tienen un sistema intestinal permeable y la proteína pasa entera hacia el cerebro generando un efecto similar al de la morfina, ya sea volviendo a la persona hiperactiva o lenta.
Al igual que en años anteriores, la especialista prevé en los próximos días dictar algunos talleres sobre arte culinario libre de gluten y caseína, amén de recetas prácticas y sencillas de repostería en las que no se usa el azúcar convencional.
Explica que muchos padres, entre los cuales se incluye, han tenido que ganarle la carrera a la escasez y a la inflación, en la búsqueda de alterativas para ofrecer a sus hijos con condición especial alimentos variados, ricos, atractivos, pero sobre todo nutritivos.
Contrario a lo que ocurre en otros países, en Venezuela los niños con autismo no tienen garantizada su alimentación por parte de un Gobierno percibido como irresponsable e indolente.