Nicolás Maduro, ha dado un certero golpe a los sectores productivos del país con la aplicación de sus políticas económicas. El comercio no está exento.
El presidente Nicolás Maduro no ha podido ser más certero con la aplicación de sus políticas económicas para llevar a la quiebra a los sectores productivos del país. El comercio es uno de los más afectados, no sólo por la falta da materia prima y de divisas para importar, sino también por la precariedad de los servicio que como en el caso de la electricidad, impide a los empresarios mantenerse operativos.
Así se desprende de lo dicho por Wael Raad, presidente de la Cámara de Comerciantes e Industriales de Barcelona, quien explica que la situación del sector ya era precaria como consecuencia de la aplicación de políticas erráticas, pero ha empeorado mucho más con los racionamientos eléctricos.
«Cuando en un centro comercial se va la luz, automáticamente se produce el cierre porque nadie puede permanecer en ellos a oscuras y sin puntos de venta, ya sabemos que el nivel de inseguridad en nuestro país hace obligatorio el uso del plástico como forma de pago porque nadie se arriesga a cargar dinero en efectivo».
El representante de los comerciantes e industriales del municipio capital, sostiene que las ventas han caído en aproximadamente 40%, mientras un número importante de emprendedores se ha visto obligado a cerrar sus puertas.
«Los comercios que aún se mantienen abiertos es gracias al heroísmo de hombres y mujeres que aun en las circunstancias que vivimos apuestan a Venezuela y a la posibilidad de que salgamos airosos de esta terrible situación en la que nos encontramos».
Menos ventas, más gastos
Wael Raad afirma que la mayoría de los centros comerciales de Barcelona han experimentado el cierre en cadena de locales, esto por la escalada de medidas que atentan contra toda actividad productiva, entiéndase controles de precios, aumentos permanentes del salario mínimo vía decreto, inamovilidad laboral y como estocada final, los racionamientos eléctricos.
El 80% de los locales comerciales en el municipio capital son arrendados según explica y en la mayoría de los casos los arrendatarios no cuentan con ingresos suficientes para hacer frente a los gastos recurrentes como son pago de alquiler y de servicios que aunque deficientes son costosos, así como el pago de personal.
Frente a esa realidad afirma el empresario y dirigente gremial que para mantenerse operativos los comerciantes del área de ropa, calzado y otras distintas a la de alimentos, deben echar mano a la creatividad haciendo ofertas y aplicando sistemas de apartado, para poder salir de la mercancía, aunque luego deban ingeniárselas para reponer inventarios, debido al efecto inflacionario.
«Vamos a estar claros, eso hay que hacerlo, porque aquí la gente lo que anda buscando es comida, lo que se ve en la calle es hambre, muy pocos compran algo que no sea comida», subraya.