Nada que hacer. El año 2016 dejó un balance negativo en los estados andinos, con pocas cosas buenas que recordar y muchas malas que olvidar.
El balance del 2016 en Los Andes venezolanos es poco satisfactorio. Y es que en los estados andinos fueron muchas las obras que quedaron por hacerse, creció la mala calidad de los servicios públicos, la pobreza y la incertidumbre ciudadana sobre lo que se espera para el futuro.
Los tres estados tienen gobernadores chavistas, pero esto no fue suficiente para garantizar en sus entidades el cumplimiento de las promesas realizadas por el gobierno nacional en materia de infraestructura.
Táchira sin autopista
Por casi 40 años la promesa de la culminación de la autopista San Cristóbal-La Fría ha sido la oferta recurrente de todos los mandatarios nacionales y regionales que se han dirigido al pueblo del Táchira. Para no romper con la tradición, el actual gobernador del Táchira, José Gregorio Vielma Mora, hizo esta oferta a inicios de su gobierno pero fue más allá: afirmó en diversos medios de comunicación que al siguiente día de tomar mandato ya estaban previstas reuniones con inversionistas chinos interesados en la obra.
La verdad verdadera es que ya han pasado 4 años de esa promesa y los únicos chinos que se vieron fueron los que instalaron comercios diversos en la entidad.
El año culmina con el 80 % de los negocios en el eje fronterizo cerrados debido a la discrecionalidad y abandono con el cual se ha mantenido la zona según cifras anunciadas por el presidente de Fedecámaras Táchira, Daniel Aguilar.
“El cierre durante meses de la frontera durante el año 2016 liquidó la esperanza de muchos. Sin insumos, sin compradores, sin productos el destino es acabar con la empresa”, afirmó, por su parte, José Roso dirigente empresarial de la frontera.
Sin gasolina
Para Danny Ramírez, dirigente político, los representantes del Gobierno en el Táchira fueron incapaces, durante el 2016, de dar solución definitiva al tema del suministro de gas y gasolina en la región.
“Es increíble que los habitantes de esta entidad sigamos siendo sometidos a un racionamiento encubierto por culpa de la incapacidad del gobernador Vielma y el Presidente Maduro”.
Mérida con un teleférico a medias
Muchas expectativas se fijaron en el sector turismo, principal motor económico del estado Mérida, y la reapertura del teleférico. El resultado ha sido frustrante con el Mukumbari.
Y no se trata de que a la gente en el 2016 le haya dejado de atraer la subida al Pico Espejo y su maravilloso encanto, sino que el retraso de casi tres años en la entrega de los trabajos de recuperación y su puesta en operatividad a media marcha, ha reducido la cantidad de visitantes al estado.
Oficialmente, el teleférico de Mérida se encuentra en fase comercial desde mediados de octubre.
Aunado a esta situación se encuentra también la constante falla en el suministro de gasolina tal y como ocurre en las otras entidades andinas. Según los operadores turísticos consultados esto ha dificultado el traslado del turismo familiar ya que la gente opta por no salir ante la incertidumbre del suministro.
No conforme con esto, las aerolíneas comerciales han reducido al mínimo los vuelos al aeropuerto de El Vigía, con lo que el turismo internacional, aquel que paga en dólares, se viene alejando del destino al no ofrecerse alternativas por aire ni por tierra.
“Si a esto le agregamos la crisis en la economía familiar venezolana vemos que la gente, cuando viene, gasta menos, se limita mucho, lo que pone en riesgo nuestra estructura de costos”.
Trujillo malas ventas
Las noticias no son tampoco buenas en el estado Trujillo. El 2016 cierra con una apreciable caída en las ventas en comercios y servicios además de la protesta popular que reclama las bolsas de alimentos del gobierno que nunca llegan suficientemente.
Como justificación a este bajón en las ventas, además de la situación económica en general del país, los comerciantes señalan que la medida de sacar de circulación al billete de 100 bolívares ha traído mucha incertidumbre en la gente.
Al final, ante las cosas, prefieren comprar lo necesario, proveer la despensa con lo que se consiga y limitar al máximo el gasto decembrino.
También en el comercio se critica el hecho del colapso, cada vez más creciente, de los puntos de venta para tarjetas electrónicas.
Allí está ocurriendo que la gente está utilizando cada vez más estas transacciones electrónicas para sus compras pero al crecer los usuarios, crece la presión sobre el sistema.
Sin bolsas de comida
Las protestas por la falta de comida ha sido noticia recurrente en los estados andinos durante el 2016. En Trujillo, las comunidades de Valera y otras poblaciones del interior de la entidad, han salido a protestar por la falta de alimentos y fundamentalmente por las fallas en el suministro de las bolsas de alimentación del gobierno distribuidas por los Clap.
La evidencia es que no hay suficientes bolsas para atender las demandas de la población.
Si a esto se le suma el incremento del precio por pagar, que pasó del solidario precio de 3 mil a más de 15 mil bolívares en algunos casos, más la reducida cantidad de productos, es fácil entender los motivos de la indignación ciudadana.
El 2016 cierra en los estados andinos bajo el signo de la crisis, el abandono del gobierno y la pobreza, no solo material sino espiritual, en una de las navidades más tristes de las que se tenga recuerdo.