El regreso de este sistema de intercambio evidencia el fracaso del modelo socialista, pero es casi la única manera que han encontrado las mujeres para comprar los productos de primera necesidad.
Cuando de resolver problemas se trata, las mujeres venezolanas van adelante, porque no solo han sido capaces de asumir con gallardía un matriarcado que no eligieron, sino que además se reinventan ante situaciones adversas como las que hoy vive hoy el país signado por la especulación la inflación y la escasez.
A través de las redes sociales se observan cantidad de grupos de madres que han tenido que recurrir al trueque o intercambio comercial sin que medie el dinero, para poder satisfacer las necesidades del grupo familiar sin tener que pasar horas en colas o caer en las garras de los “bachaqueros”.
Lorena Betencourt, confiesa que por vía Facebook y Twitter, intercambia de todo o casi todo, sin tener que salir de su casa.
“No dispongo de tiempo para hacer colas, porque tengo un bebé recién nacido, por eso las redes sociales han sido mi gran aliado en eso de intercambiar productos».
El economista Gilberto Román, profesor de la Universidad de
“Tuvieron todo, altos ingresos petroleros, mayoría parlamentaria, pero creyeron que siempre sería época de vacas gordas”, dijo, acotando que el interés del gobierno era acabar aparato productivo como forma de ejercer mayor control social.