Una muestra fotográfica honra en Madrid la memoria de los caídos durante las protestas de 2014.
A partir del próximo 28 de abril podrá visitarse en Madrid El eco distante de una despedida innecesaria, una muestra fotográfica que honra la memoria de los jóvenes caídos durante las protestas que tuvieron lugar en 2014, para que no sean olvidados. “Son imágenes que no hubiese querido hacer, pero que quemaban por dentro”, expresa su autor, el venezolano Kodiak Agüero Orta.
No es esta la primera exposición de Kodiak en España: ya ha sido invitado en diversas oportunidades a exhibir sus obras, que han recibido diversos premios.
Su carrera se inició en Caracas, en el Taller de Fotografía de Roberto Mata. Allí participó en cursos dictados por profesionales de la talla de Leo Álvarez y Ana María Ferris. Sin embargo, Kodiak experimentaba la necesidad de materializar su visión interior de las cosas, y encontró la posibilidad de hacerlo a través de la creación de escenas en las que diferentes juguetes se convertían en protagonistas.
Su trabajo artístico, entonces, se da en dos niveles: el primero, cuando crea físicamente el episodio que re-trata, y el segundo cuando plasma esa escena a través de la cámara.
Con El eco distante de una despedida innecesaria Kodiak intenta expresar la indignación que le produjeron tanto los hechos de represión brutal, como la caída de víctimas inocentes en las trampas que la misma población había colocado en las calles para defenderse de las fuerzas del gobierno. La serie se inspira en las fotografías que aparecieron en la prensa, poetizándolas,
La escritora Lena Yau ha redactado un texto expresamente para la exposición. Podrá accederse al mismo mediante la página web http://www.elecodistantelaexpo.wordpress.com, que se encontrará activa a partir de la fecha de la inauguración, y en la que también podrán verse las imágenes que conforman la muestra y algunas citas y reflexiones asociadas a ellas.
La apertura tendrá lugar en los espacios del Hotel Conciencia, gerenciado por el también venezolano Renzo Cabrera, el día 28 de abril a las ocho de la noche. Calle Atocha, nº 45, en Madrid.
Estallar la inocencia
Como el eco mismo que anuncia a su trabajo, Kodiak nos regresa al sitio del adiós, a la savia hecha reguero, a los nombres y sus pasos, al último instante de todos. No volvimos a ser los mismos después de tanto tallo cercenado. Cerraron los párpados del futuro y el grito en la garganta se hizo nudo.
Allí donde la palabra colapsa, salta la imagen para hablarnos. Kodiak Agüero enfrenta al horror con belleza sin sacrificar la denuncia. Viste a la muerte de transparencias y elementos de vida: ante las cicatrices del acero, piedras preciosas; ante la mácula, organza; ante la sangre, pétalos; ante el vientre helado en el segundero, manos trenzadas en nido; ante el abismo obscuro, el vuelo de un ave de cristal; ante la alambrada, lápices de colores; ante la violencia que niega, el germen que brota afirmando y confirmando que prevalece el latido.
La sutileza con la que encaja el dolor y el desgarro los afianza. Todos somos parte de la fotografía. Todos somos deudos. Todos nos hacemos eco de un hasta siempre que hizo estallar a la inocencia.