Montaña Fresca, primer urbanismo construido por la revolución en Aragua, hoy está sumergido en la indolencia y desidia gubernamental.
Montaña Fresca fue el primer complejo habitacional construido por el proceso revolucionario en el estado Aragua. La punta de lanza en lo que fueron urbanismos en el país, es hoy un ejemplo de la desidia y abandono porque desde la inseguridad, calles rotas, falta de alumbrado público y maleza que crece libremente en los espacios, son parte del triste espectáculo que evidencia la falta de mantenimiento y atención gubernamental.
Las casas de Montaña Fresca no se comparan con las que hoy construye Misión Vivienda. En el urbanismo que consta de tres etapas en su mayoría son casas dobles y tetras, con algunos edificios y un diseño arquitectónico muy lejos de los cuadrados bloques que hoy forman parte de las soluciones habitacionales que se construyen en el país.
En la asignación de viviendas reinó también el amiguismo y la influencia de cargos que fueron denunciados en su debida oportunidad hacia el año 2000, cuando iniciaron la entrega de las casas. El tema que ocupa hoy no son los beneficiarios sino el detrimento en la calidad de vida de sus habitantes a casi 17 años de su fundación.
Sitiados por la delincuencia
Los habitantes de Montaña Fresca viven en constante angustia. La zozobra los invade aún estando dentro de sus casas.
Durante el gobierno del oficialista Rafael Isea, el urbanismo también sufrió las consecuencias de la absurda decisión de eliminar comisarías policiales en Aragua. Sus moradores quedaron a merced del hampa porque la sede policial fue cerrada y sus funcionarios reubicados en otras zonas de la entidad.
Nelmary Zorrilla, habitante del lugar, relató que la comisaría se reactivó desde hace dos meses pero con menos cantidad de funcionarios.
El patrullaje es casi nulo y la inseguridad tan reinante, que en los estacionamientos de los edificios se ha enquistado el robo de baterías de vehículos.
“Aquí en Montaña Fresca no solo se llevan las baterías de los carros, sino que a los vehículos los dejan en cuatro bloques porque se llevan los cauchos. Tampoco podemos esperar camionetas de pasajero porque pasan los motorizados y le quitan todo a uno”.
Secuestros in situ: nueva modalidad
La nueva modalidad del hampa desatada en Montaña Fresca es el secuestro in situ de sus habitantes, es decir, los residentes no pueden asomarse al jardín de sus viviendas o lavar el frente de sus casas, porque sujetos armados los someten, obligan a ingresar al inmueble, los amordazan y cargan con todas las pertenencias. Una nueva forma de mudanza implementada gracias a la desidia en materia de seguridad.
Aseo: a veces si, a veces no… o todo lo contrario
Si de servicio de recolección de basura se trata, Zorrilla aseguró que en muchas ocasiones los habitantes deben recurrir al extremo de quemar los desechos porque el aseo no es constante. Los habitantes deben estar a la cacería del camión compactador cuando a la alcaldía de Girardot se le ocurre incluirlo en el itinerario.
A la proliferación de desechos se suma la falta de mantenimiento en las áreas que se supone un día fueron verdes. El monte se apoderó de los espacios.
“Es normal que dentro de Montaña Fresca el montarral esté a un lado de la vía, frente a los edificios, por todos lados, aquí no hay mantenimiento”, comentó Emily Figueredo, otra habitante del sector.
Condenó que en el preescolar de la comunidad Antonio Guzmán Blanco, los infantes deban cruzar un puente sobre un caño para llegar hasta el servicio de comedor bajo el Programa de Alimentación Escolar (PAE). El caño no tiene mantenimiento y asegura que agua verdes y basura se empoza debajo del puente que separa a la escuela de algo tan delicado como es el lugar donde comen los pequeños del urbanismo.
Alumbrado público para el día
Como si se tratara de una obra del absurdo, en Montaña Fresca el alumbrado público sirve para aumentar la capacidad del sol. Funciona durante el día, pero en las noches el urbanismo permanece a oscuras. Hasta ahora las autoridades de Corpoelec no dan respuesta a los habitantes quienes exigen atención, pues de tanto que alumbran durante el día, ya muchos se quemaron del uso y por consiguiente, así modifiquen el horario, no servirán para la noche.
Los huecos que ahora adornan muchas vías del urbanismo son producto de reparaciones de tuberías de aguas blanca o negras que no concluyeron, porque no fueron asfaltadas de nuevo.
“Se ha deteriorado la calidad de vida en el urbanismo, esto no es ni la sombra de lo que era en sus inicios, ahora estamos a merced de los malandros de Guasimal, San Joaquín de Turmero y Los Olivos”, concluyó Nelmary Zorrilla.