La Misión Vivienda se desentendió de 213 familias refugiadas en Aragua hace 3 años
Misión Vivienda
se convirtió en la Misión Imposible para 213 familias que permanecerían en el refugio Samán de Güere, en Aragua, por 6 meses y llevan tres años bajo condiciones infrahumanas.
Los refugiados perdieron sus casas, en su mayoría, por acción del Lago de Valencia. La crecida en los niveles del reservorio natural inundó viviendas de Paraparal, Brisas del Lago y afectó el urbanismo Mata Redonda, por lo que las familias fueron ubicadas en el refugio “temporal”. Se trata de cubículos traídos de China, con un tiempo de vida de seis meses, pero tres años después, las familias siguen en el mismo lugar.
Nadie les responde. No hay autoridad en Aragua que atienda a las familias que han trancado calles, organizado protestas, marchas y cuanta acción para recordarle el Ejecutivo regional y a Misión Vivienda que todavía existen en el lugar.
Niurka López señaló que ni siquiera el general Ramón Viña, presidente del Instituto Regional de Vivienda, les da la cara.
“En el refugio ya estamos en crisis. Vivimos en condiciones infrahumanas, la aguas negras colapsaron, los baños colapsaron, todo colapsó. Hay unos 300 niños, muchos han nacido allí, tienen sarna y hay muchos casos de amibiasis. No es justo que tengamos que vivir en esas condiciones y que para nosotros no exista Misión Vivienda”, comentó la afectada.
Para las familias del refugio Samán de Güere tampoco existe la Ley de Refugios Dignos. No se les garantiza medicamentos, ahora tampoco la comida. Dejaron de enviarles carnes y pollo.
Las familias reciben solo una dotación de alimentos al mes que no alcanza para satisfacer las necesidades de cinco miembros promedio.
“Si nosotros estamos con el Presidente Maduro, ¿por qué él no está con nosotros?… El gobernador Tareck El Aissami nos aseguró que permaneceríamos en el refugio solo seis meses, pero llevamos tres años y ahora ni nos responde”, comentó López, quien aseguró que aún y cuando su vivienda en Brisas del Lago quedó entre las aguas del Lago de Valencia, vivía en mejores condiciones de las que está ahora y sin esperanza de que Misión Vivienda los tome en cuenta.
A las puertas de Inavi se concentraron los refugiados en protesta. Por más de cuatro horas estuvieron allí, con pancartas en mano y no hubo autoridad que los atendiera.
Los afectados elevaron su voz para recordarle el Presidente Nicolás Maduro que ellos aún están allí, olvidados y en lo que a todas luces se trata de una crisis humanitaria.
Solo exigen su derecho constitucional a una vivienda digna y que el gobierno nacional y regional cumpla con la promesa que tiene dos años y medio vencida.