“Los militares nos robaron”. Ésta es la frase que incesantemente repiten los comerciantes de Maracaibo, dejando ver la otra cara de las OLP.
Lo que al principio sería una acción para atacar las presuntas bandas delictivas y supuestos grupos paramilitares de la zona, se convirtió en la agonía de algunos trabajadores, pues durante la maniobra de “seguridad” denominada: “Operación liberación del pueblo” OLP en el mercado “Las Pulgas” a los comerciantes les fueron confiscados, sin ningún tipo de explicación, su mercancía.
Los vendedores denunciaron como un abuso de poder que les hayan quitado estos instrumentos ya que no pertenecen a los rubros de primera necesidad como arroz, azúcar, pañales y fármacos. Edelmira Suarez una de las afectadas, propietaria de un local de comida rápida, contó a El Correo del Orinoco como la dejaron sin nada: “se me llevaron el pollo, la parrillera, 14 sillas y las mesas, me dejaron pelada”.
No somos bachaqueros
La impotencia también permanece perenne en el rostro de Hayde Fuenmayor, quien asegura no ser “bachaquera” sino, una humilde cocinera de otro de los espacios destruidos, ella indicó que la despojaron hasta de los cubiertos, incluyendo otros rubros, como unos pocos kilogramos de verduras que tampoco clasifican como elemento de contrabando, denunció como una burla que ante sus ojos los efectivos militares destaparan las bebidas gaseosas de su nevera, se las bebieran y encima las eructaran.
A pesar de que las autoridades de seguridad mantienen su posición sobre que estos trabajadores obstaculizaban el paso vehicular y peatonal, Emilia Sierra, otra vendedora reveló que los permisos para laborar en la zona fueron otorgados por la Alcaldía de Maracaibo, por lo que consideró que no ocupaban los espacios arbitrariamente.
“Nosotros no estamos en contra de los operativos, pero se metieron con nosotros que trabajamos con comida rápida”, dice Minerva Ortega, quien definió como un saqueo la acción militar.
El hambre no espera
Otro de los rubros decomisados fueron piezas de ropa, Angélica Rivas vendedora de pantalones y camisas, enervada y con lágrimas en los ojos manifestó su desagrado por tal situación, pues detalló que si la acción aplicaría únicamente a contrabandistas de alimentos, las autoridades debieron al menos permitirles recoger su mercancía y no decomisarlas, «éste es mi afirmó único ingreso monetario, por lo que desde hace un mes las tres comidas no llegan a mi hogar», dijo.
“Aún no nos dicen nada, lo que nos dicen es que esperemos ¡¿qué le voy a decir a mis hijos hoy otra vez?!, ¡¿Qué se tienen que esperar porque el gobierno me dice que me tengo que esperar?! ¡No puedo el hambre no espera!».
Chavistas indignados
A la espera de respuesta también se encuentran comerciantes chavistas, que trabajaban con artesanía, y que igualmente vieron perder toda su mercadería, furiosos aseguraron que aún no entienden el por qué del decomiso y la eliminación de sus locales, como la comerciante indígena Cristina González: “tampoco estamos de acuerdo que padres y familias que se dedican a la artesanía les hayan arrasado todas estas mesas con las que teníamos años de trabajo”.
«Exigimos a las autoridades que nos devuelvan la mercancía, utensilios y artefactos eléctricos decomisados».
Los vendedores piden al defensor del pueblo zuliano, José Vicente Farías, dar respuesta ante la problemática además de una pronta reubicación para retomar sus actividades laborales.