Tener que contar estas cosas me llenan de tristeza y me hacen descreerme más sobre la condición de los seres humanos; de los horrorosos humanos. Os cuento.
Hace unas semanas la esposa de Leopoldo López, Lilian Tintori vino, una vez más, a Madrid. Venía a recoger, recaudar, solicitar… ayuda para los venezolanos que no tienen de nada, porque Malburro y Ditosdado se lo están llevando en carretillas a los paraísos fiscales, donde les pillarán y acabarán como Cara de Piña. Lilian, la aguerrida Lilian se marchó a la Puerta del Sol, que es la plaza del pueblo de aquí, de Madrid, y desde allí, con el apoyo de todos los medios de comunicación, que por cierto no se enteran de nada, se hizo la víctima para recoger AYUDA HUMANITARIA. En la acción actuó el cantante Carlos Baute. Al pronto, Lilian se tuvo que ausentar, tenía otras ocupaciones, y se quedaron CINCO TONELADAS (que no tengo ni idea de cómo las pesaron, por lo que podían ser diez o tres), en medio de la calle. Vanessa se encontró con el problemón y tuvo que buscar camiones, luego furgonetas… Llevaron las toneladas (por pesar y determinar) a una de las instalaciones de elcorreodelorinoco.com. Estuvieron hasta las cinco de la mañana trabajando para almacenar la ‘solidaridad’, o debería decir el EXIBICIONISMO, que Lilian y sus palmeros habían recaudado de los madrileños/venezolanos, y que dudo que llegue en algún momento al destino para el que fueron donadas. Hay que contar la verdad le duela a quien le duela.
Pues eso, que llegan las ‘medicinas’ y lo entrecomillo porque el 95% de lo recogido es celulosa en forma de pañales y retenedores de orina. El resto de las cajas vienen identificadas como medicinas, sin más. En esos días, desde El Corte Inglés, Diego Copado y Javier Mercado atendieron mi petición de alimentos no perecederos para los muchos venezolanos, que habiendo llegado a la madre patria (de los cojones) se encuentran las fronteras cerradas a cal y canto, y cuando entran sólo pueden contar con la ayuda de un ángel, al que tachan de estar loco ‘COMO TODOS LOS ÁNGELES’ y que se llama Alberto Casillas. Tiene barriga de Papá Noel, un corazón que no le cabe en el pecho, y un ayudante que tuvo que salir de Venezuela porque le intentaron matar, y le quieren rematar, Luis Manresa. Político venezolano, de no sé qué partido, pero que ponía al Gorila de Chávez como una moto, cuando le contestaba a sus peroratas. Le tirotearon, y ahora, en la España de Leopoldo López no tiene nada más que SOLIDARIDAD para con sus paisanos. Un segundo exilio, alejado del lujo, las grandes cenas y reuniones, que como dijo el indeseable de Maduro: ‘están desde la ‘extrema’ derecha de Rajoy manteniendo a los Leopoldos’. Cierto, a mí me lo contó el propio Leopoldo, nada comparable a los SIETE MILLONES que los Podemitas se llevaron a los bolsillos de asesores que asesoran, y boca que se enjuaga, algo traga… Y que hoy piensan que está olvidado ¿Somos gilipollas?
En esto del oportunismo se apuntan todos. Da igual cuál sea la catástrofe humanitaria, el dolor… siempre hay cuatro que ganan en cualquier posición del tablero. Y, una vez más apelo a la madurez del Pueblo venezolano para pedir que esperen y confíen en la Asamblea y en su Presidente, que está llamado a ser el hombre que consiga sacar a Venezuela del Infierno. Es político, pero tiene corazón para con los suyos. Hay que acabar con los exiliados de primera: aquellos a los que los gobiernos dan alojo, papeles, y dinero suficiente para jubilarse. Con los de segunda: que son los que acompañan a los de Primera, pero como asistentes (con A). Y los de tercera: que son los que recogen del aeropuerto y a los que los ‘representantes’ del exilio olvidan a diario. Está claro que eso no vende. Ir a ver al Papa o pasear del brazo de Aznar (puajjjj).
Me marcho a soñar con una tarde en el Caribe venezolano, a la sombra de una sombrilla…
Nota: A día de hoy, las medicinas siguen aquí. Mandaron a unos seleccionadores de medicamentos para mandar los más urgentes, pero no distinguían entre una aguja y un optalidón.