En febrero Wilmito fue tiroteado en una playa en Margarita, contando con un beneficio especial de libertad.
En la madrugada de este sábado fue encontrado el cuerpo sin vida de Wilmer Brizuela, alias Wilmito, mejor conocido como el pran de Vista Hermosa. Su cadáver fue sacado por cuatro reclusos del Centro Penitenciario de Aragua, también llamada cárcel de Tocorón, donde permanecía recluido y fue asesinado.
Al principio no sabían de quién se trataba, luego funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) confirmaron a través de su huella de que se trataba del Wilmito, quien presentaba varios impactos de bala en el pecho y uno en la frente.
El famoso pran de Ciudad Bolívar, aunque luego fue recluido en Tocorón, tenía 34 años y estaba detenido por los delitos de sicariato, asociación para delinquir, lesiones, secuestro, entre otros, a cargo del Tribunal Segundo de Ejecución del estado Carabobo.
Los organismos de seguridad afirman que la muerte de Wilmito fue por encargo, considerando que en febrero fue tiroteado junto a su familia en una playa en Margarita, cuando contaba con un beneficio especial de libertad otorgado por la ministra Iris Varela.
Dicho beneficio corresponde a penados con menos de cinco años de prisión, peor Wilmito tenían una pena acumulada de más de 23 años, razón por la cual el Tribunal revocó la medida y después del atentado ordenó su detención y regreso a la cárcel de Tocorón, pasando por encima de la ministra, quien se enfrentó a tribunales asegurando que su medida sería acatada.
Varela se excusó destacar las cualidades de Wilmito como “profesor de boxeo” en las cárceles, además de contar con una banda musical llamada Voces de Libertad.
El pran de Vista Hermosa es mayormente recordado por el asesinato de una profesora de la Universidad de Oriente (UDO), María Gabriela Casado, asesinada, presuntamente al ser confundida con su hermana, Mariela Casado, jueza superior y presidenta del Circuito Judicial del estado Bolívar.
Por otra parte, fue reconocido como un líder por controlar la cárcel de ciudad Bolívar y el “trabajo humanitario” en el centro de reclusión, incluso contó con una columna de opinión en un diario nacional.