Todavía hay dudas del porqué de la masacre en Tumeremo y qué hay detrás del móvil de la banda de El Topo.
El Gobierno regional, representado en la figura del gobernador Francisco Rangel Gómez, intentó ocultar un hecho tan grave como la masacre en Tumeremo. En principio se habló de 28 mineros desaparecidos, pero hasta ahora, después del hallazgo de cadáveres, la cifra oficial son 17 muertos.
La conmoción se mantiene en Tumeremo y todo el estado Bolívar por la masacre ocurrida. Todavía se preguntan qué hay detrás, por qué tanta saña, pues aunque no es nuevo que haya ocurrido un asesinato en alguna de las minas, por vez primera este poblado del sur de la región vive un hecho tan lamentable.
Los habitantes y los familiares de la región lloran por la masacre en Tumeremo, pero temen hablar, aunque en parte, fue la protesta que mantuvieron por cinco días consecutivos, trancando la Troncal 10, y los testimonios de los sobrevivientes, los que presionaron a las instituciones del Estado para tomar cartas en el asunto.
“La matazón empezó desde temprano, algunos lograron escapar y como a las 7:00 pm llegaron al pueblo cercano y nos comenzaron a avisar de qué estaba pasando, así fue como nos enteramos”, relata una familiar de tres de los 17 mineros muertos encontrados en Tumeremo, a quien llamaremos Mercedes, pues solicitó que su nombre no fuese revelado.
Parecía obvio que después de tantos días, tantas personas aparecieran con vida, pero las familias de los hasta entonces desaparecidos no perdían la fe. “Todavía teníamos esperanza de aunque sea algunos aparecieran vivos, pero no se pudo, paso esto”, agrega Mercedes.
Las muertes en las minas
Trabajar en las minas del sur del estado Bolívar viene significando en los últimos años un riesgo de vida para el minero, esto ocasionado por las bandas armadas que operan en los yacimientos y pelean entre ellas por el control de las zonas mineras.
La extorsión es una de las prácticas de estas bandas, quienes cobran vacunas a los mineros para poder trabajar allí, la deuda tiene un solo castigo, la muerte. Muchos muertes ni siquiera llegan a tener dolientes en cualquiera de las zonas mineras donde esté trabajando, pues llegan de diferentes partes del país a trabajar en las minas para obtener mejores ganancias de dinero.
La vida en las zonas mineras es sumamente costosa. Allá no hay problemas de escasez, todo se consigue, pero para tener una idea del dinero que allá se maneja, apenas un tubo de pasta dental cuesta 2.500 bolívares.
“En las minas siempre muere gente, pero nunca había pasado una situación como esta”, acota Mercedes, refiriéndose a la masacre en Tumeremo, sobre la que se responsabiliza a la banda de Jamilton Ulloa Suárez, alias El Topo.
“Yo ni los conozco. Dicen que son ellos, pero yo no los vi, lo dicen son los testigos”, afirma Mercedes. Sin embargo, en el pueblo dan fe de que el Topo tiene a su gente infiltrada, y “si hablas mal de él corres el riesgo de aparecer muerto al otro día”, dijo un señor justo un día antes de que aparecieran los cadáveres de los desaparecidos.
Los mineros y dos mujeres desaparecieron desde el viernes 4 de marzo en la mina Atenas, donde laboraban, aunque sus cuerpos aparecieron en una fosa en la mina Hoja de Lota por la vía Nuevo Callao, a hora y media aproximadamente de Tumeremo, por lo accidentado de la vía.
Lo curioso, según reveló el alcalde del municipio Sifontes, Carlos Chancellor, fue que de acuerdo con el testimonio de los sobrevivientes, el camión 350 donde presuntamente trasladaron los cuerpos de los mineros pasaron por la calle principal del pueblo, frente a la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), hasta por dos alcabalas.
No vieron los cuerpos
Aunque se aseguró la verificación de la identidad de los 17 cuerpos encontrados, familiares aseveraron que no pudieron verlos, los ataúdes estaban cerrados por el estado de descomposición. Fue el lunes 14 de marzo cuando encontraron los cadáveres.
La identificación se extendió por todo un día, pues transcurridas ocho horas, apenas se habían reconocido tres cuerpos de los 17 encontrados. La familia aguardaba impaciente y desolada en el fuerte Tarabay, donde se realizaban tales labores.
La amenaza de Capitán
Por si fuera poco la masacre en Tumeremo, se suma un nuevo hecho de alerta. El diputado a la Asamblea Nacional, por el circuito 3 (municipios del sur de Bolívar), Américo De Grazia, fue el primero en reportar la desaparición de, según las llamadas de familiares que recibió, 28 mineros.
Los familiares lo llamaron a primera hora del sábado 5 de marzo, y todos coincidían en la información: «me mataron a mi hijo», le decían. Por denunciar la masacre en Tumeremo, responsabilizar al gobernador de Bolívar y hasta hacerse eco de las denuncias hacia la banda de el Topo como el autor del hecho, en la noche del martes recibe amenazas de muerte que serían accionadas por Capitán.
¿Quién es Capitán? Su nombre de pila se desconoce, pero es quien controla la mina Las Vainitas en Guasipati, estado Bolívar. Además, era mano derecha de Yorman Pedro Márquez Rodríguez, conocido como Gordo Bayón, quien poseía antecedentes por homicidio y fue asesinado la noche del lunes 2 de junio de 2014 cuando salía de una reunión en Miraflores, donde estaba sirviendo de “enlace” para la discusión del contrato colectivo de Sidor, pese a tener prohibición de salida del estado Bolívar. Capitán quedó a la cabeza con la muerte de Gordo Bayón.