Nicolás Maduro ordenó este viernes 5 de enero de 2018, el cierre de frontera marítima y de vías aéreas con las islas de Aruba, Curazao y Bonaire por 72 horas.
Maduro ordena cierre de frontera marítima con Aruba, Curazao y Bonaire. La medida, dijo, obedece a la “defensa de los intereses económicos de Venezuela”, por lo que pidió a los gobiernos de estos territorios que tomen las medidas que les “ha exigido” durante los últimos tres años.
“Yo no quería tomar una medida como esta, pero estoy dispuesta inclusive a tomar una medida más radical”, manifestó el presidente Nicolás Maduro.
Los puertos y aeropuertos que se comunican con las tres islas permanecerán cerrados como medida para acabar con el contrabando, entre ellos los puertos en el estado Falcón como el de Guaranao.
El cierre de frontera marítima con Aruba, Curazao y Bonaire es debido, presuntamente, al contrabando de minerales y otros productos hacia esas islas antillanas holandesas.
«Se llevan el oro, el coltán, los diamantes, productos alimenticios», dijo este viernes el mandatario Nicolás Maduro durante un Consejo de Ministros en el Palacio de Miraflores, donde anunció la medida.
Indicó que el cierre de los puertos y aeropuertos servirá para enfrentar el contrabando y obligar a las autoridades de esas tres islas a tomar medidas propias.
Llamó a que “se aceleren los trabajos para establecer un comercio sano” con Aruba, Curazao y Bonaire.
Por otra parte, ofreció “todas las garantías” de transporte a los venezolanos que se encuentren por turismos en estas islas y a los ciudadanos de estos territorios que estén en Venezuela.
Vale recordar que días atrás el presidente Nicolás Maduro había advertido sobre esta medida y en sus declaraciones también se refirió a una “sorpresita” con la ciudad de Cúcuta en Colombia.
Esta no es la primera vez que el presidente Nicolás Maduro ordena cortar comunicaciones con otro país pues ya había hecho lo propio años atrás con Colombia al cerrar indefinidamente la frontera. En ese momento el, por ahora, jefe de Estado se refería al denominado contrabando de extracción de alimentos hacia tierra neogranadina desde los estados Zulia y Táchira, lo cual dificultó desde aquella vez comercio de importantes rubros necesarios debido a la grave escasez de productos alimenticios que atraviesa Venezuela, dada la improductividad del sector privado por el control del Estado en la entrega de divisas.
Asimismo, por la extracción de la moneda venezolana, en su modalidad billete, debido a su compra y reventa en la frontera sujeta a los cambios que presente el precio del denominado dólar paralelo en la región.