Dice el refranero que: ‘Zapatero a tus zapatos’, pues eso. La pasada semana el ex presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero (un político rodeado de buenismo y ocurrencias de casquero al cincuenta por ciento). Se reúne con el tonto de Nicolasito, que es el que está dando la cara para que se la partan. Sus familiares los narcotas en los Unidos esperando a que el fiscal les clave en el suelo, no como en España, donde te condenan por denunciar en las fiscalías a los putos corruptos. Y, Zapatero le ha pedido a Malburro que le reciba y que le escuche. El Pueblo, que no los familiares de muchos de los famosos encarcelados, pasan necesidad, hambre, y ven como todo se disuelve en días. La pasada semana me llamó una buena amiga que vive en Miami, exiliada, puteada… Tuvo que ir a Caracas a ver su anciana madre, y me llamó llorando, ‘en cinco meses esto está todavía más destrozado. Ya no existe nada’. Le comenté que se tranquilizase, que al haber ido Zapatero algo cambiaría, seguro que su estatus y el del dictador sanguinario. Porque con sueldos de presidente de España nadie se puede comprar y vivir y… Pero, España es así. Aquí se niega que los podemitas dependan de Cuba y de Venezuela. Aquí somos capaces de casi todo.
El impresentable de Malburro quiere una guerra civil que le lleve a perpetuarse, por eso saca a los militares, para asustar… Pero, no se da cuenta de que la gente, El Pueblo ya no tiene nada que perder. No tienen sanidad, no tienen comida, han olvidado la dignidad en las colas para comprar nada, en las calles donde son asesinados por llevar un celular. Ya, les da igual morir de hambre que de un tiro. Pero ¿cómo pueden estar tan ciegos?, y no se dan cuenta que como Cara de Piña (Noriega), van a terminar sus días en una cárcel. Mataron a Chávez, que era un indecente pero era él, al imitador no le quiere ni su familia.
En las sombras se mueven Diosdado y el papá de Leopoldo. Uno intentando que no se vea el oropel, lujo… Y el otro, ¡Ay el otro! La pena de Venezuela es que hace falta un dictablando que sea capaz de tranquilizar y poner en marcha una transición, que se parezca lo menos posible a la española. Porque hoy, con una Asamblea de mil colores parece que no lo van a conseguir. Y, la derecha venezolana es rancia, no reconoce los avances de las sociedades y sólo se preocupan de sus finanzas, poco o nada claras. Luego: ¿Dónde coño queda el PUEBLO DE VENEZUELA?
Besos a mis hermanos venezolanos. Nos os dejéis engañar. Todos buscan los mismo. Y, el Pueblo, al final, eso no importa.